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Confusión y protestas de los argentinos el primer día de reapertura de los bancos

El Gobierno argentino inició el jueves por la tarde, cuando los bancos atendieron nuevamente a sus clientes tras seis días de feria obligada, la decisiva batalla en defensa del austral, la moneda que reemplazó al histórico peso en junio de 1985. Por radio y televisión se reclama a la población el apoyo para enfrentar a "la patria financiera y la patria contratista", los enemigos acusados de especular y chupar la sangre al Estado. La estrategia, basada en la brusca reducción de moneda circulante a menos de la mitad para detener el alza en la cotización del dólar y la hiperinflación, es la primera medida del Gobierno que preside el peronista Carlos Menem, que cuenta con apoyo en sectores populares.Sin embargo, el primer día de reapertura de los bancos hubo confusión, miedo e histeria entre los inversores que califican de inconstitucional el Bonex.

El hambre que salió a la superficie de la sociedad argentina durante 1989, con su secuela de violencia, funcionó como el golpe de una mano abierta en la cara de un cuerpo histérico. Cinco ministros de Economía, un Gobierno entregado con prisas por Alfonsín a Menem, saqueos, altos cargos que duraron sólo horas o días en sus puestos y un generalizado estado de pánico, es el fondo donde se perfila ahora en relieve esta sensación de esperanza que han despertado las nuevas medidas económicas. La inminente detonación de la deuda interna estimada en un valor oscilante entre los 4.000 y 6.000 millones de dólares, que se renovaba a plazos de sólo siete días con tasas de vértigo, obligó al Gobierno a emitir los Bonos Externos (Bonex), serie 1989.

El ministro de Economía Antonio González respondió con crudeza a las quejas de los que tenían títulos de la deuda del Estado o millones de australes en plazos fijos bancarios: "Hicimos esto en defensa de sus capitales, si el Banco Central no intervenía, la hiperinflación se hubiera comido todo, incluso el sistema financiero". La moneda de emisión de los Bonex es el dólar y se han impreso en principio 1.500 millones con un plazo de amortización a 10 años. Los servicios de renta se pagarán semestralmente el 28 de junio y el 28 de diciembre de cada año. El capital se abonará sobre cada lámina en ocho cuotas anuales iguales y sucesivas. Los Bonex podrán cotizarse en la bolsa y están exentos de toda carga impositiva.

Los bonos exteriores

Todos los títulos públicos emitidos por el Estado en los últimos años serán sustituidos por el Bonex y a cada ahorrista en plazo fijo los bancos sólo le devolverán hasta un millón de australes, con algunas excepciones. El resto del dinero también será pagado con Bonex. En realidad, esto es lo que hacen varias provincias argentinas, que emitieron bonos de circulación legal para cubrir la escasez de australes y pagar sus deudas. El sistema es una copia actualizada de los llamados "bonos del empréstito nacional", que el entonces ministro Álvaro Alsogaray lanzó al mercado en julio de 1962. Alsogaray es ahora, nuevamente, el inspirador de esta medida y ejerce en la práctica un control estricto del ministro de Economía en funciones, Antonio González.Alsogaray es "asesor personal" del presidente Menem y ha ocupado cargos públicos en las dictaduras militares más crueles que soportó el país. Los acontecimientos le han llevado a esta impensable alianza con el peronismo, a quien acusó siempre de ser el responsable de todos los males.

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