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Alcohol y Navidades

Las estadísticas de hoy día sobre conducción y consumo de bebidas alcohólicas durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo indican cambios de actitud en el público dentro de los últimos 5 o 10 años. Constituye una transformación digna de destacar, y mucha gente inocente debería haber escapado de la muerte o de graves heridas a consecuencia de ello. Sería un gran error llegar a la conclusión de que el problema está casi resuelto. Por el contrario, hay nuevas medidas que están justificadas para asegurar que esta tendencia continúe en los próximos años. La evidencia de un cambio significativo en la actitud de la gente está corroborada por recientes investigaciones que muestran un alto grado de aceptación por parte del público en la introducción del control de alcoholemia. (...) Existen conductores que son bebedores habituales a quienes las invocaciones a la responsabilidad (...) nunca convencerán para que cambien sus costumbres. Para ellos la introducción de la prueba de alcoholemia parece ser la única disuasión eficaz. (...) La proporción de conductores que se encuentran por encima del límite según las pruebas de la policía indica no el grado en el que los conductores beben y conducen, sino la habilidad de la policía en detenerlos una vez que lo han hecho. (...) El saber que uno puede ser detenido y sometido a una prueba de alcoholemia sin que en ello tenga que ver su forma de conducir sería una poderosa disuasión. 3 de enero

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