Los comunistas italianos preparan un polémico congreso del cambio

El Comité Central del Partido Comunista Italiano (PCI) ha decidido, celebrar su congreso extraordinario a partir del 7 de marzo próximo, en Bolonia, la llamada ciudad roja, la más rica y más comunista del país. El Comité Central ha sancionado también, por vez primera en la historia, una ruptura pública en las tres partes en que está dividido el partido.

De un lado, la capitaneada por el actual secretario, Achille Occhetto; otra, la de los berlinguerianos, presidida por el líder histórico del partido, el intelectual Pietro Ingrao; y la última, la del filosoviético Armando Cossutta.El llamado frente del no a Occhetto ha recogido cien firmas dentro del Comité Central para oponerse a la moción base del secretario comunista de dar vida a una "fase constituyente" y crear una nueva organización política "capaz de atraer a la izquierda sumergida", que va desde los Verdes a radicales, pasando por los católicos progresistas.

El frente del no ha calificado la propuesta votada por la mayoría del partido de "vaga, ilusoria y absurda". Sin embargo, la moción criticada por Ingrao y los suyos ha sido firmada ya por dieciocho de los 20 secretarios regionales, que constituyen Ia espina dorsal del partido.

El miedo de la mayoría del PCI se basa en el hecho de que la formación de las tres facciones, que se presentan al Congreso con otros tantos purogramas distintos y a veces contapuestos, pueda culminar en una ruptura que de vida a tres partidos distintos. Sólo se confía en la proverbial capacidad de compromiso de los italianos para evitar esa posibilidad, que debilitaría una fuerza y hasta ahora compacta corno la del PCI.

De hecho, el secretario socialista Bettino ha empezado a mostrar su alegría frente a la posibilidad de la ruptura. Con su lenguaje un poco brutal dijo ayer a los periodistas que destruirá a los comunistas desde la derecha.

A la hipótesis de Occhetto de crear una nueva fuerza de izquierdas en Italia, respondió: "Ni hablar de eso.

Tengo ya todo el escenario preparado. Depués desempolvaré los textos sagrados, porque no se entiende lo que quieren hacer y este es mi campo de batalla. Mientras ellos levantarán un muro a la izquierda, yo desde la derecha les arrollaré como un carro de combate".