Sorpresas occidentales y cambios en el Este
En este otoño, todo Occidente se ha visto sorprendido por los cambios en el Este. Frente a esta rápida transición, opino que se podrían sacar tres conclusiones que la definen y diferencian de otras.En primer lugar, el pueblo de estos países podrá elegir su futuro sin el eterno temor a su propio ejército, que en otras transiciones representa un problema decisivo y decisorio, como sucedió en la española.
En segundo lugar, destacar la celeridad y profundidad de sus reformas, de una forma sorprendentemente pacífica (apenas sin muertos).
Esta incruenta revolución se debe a la actitud de sus ciudadanos y se apoya en que sus fuerzas armadas y de seguridad están fuertemente sometidas al poder político, a la vez que son garantía de ausencia de soluciones a la china por parte de la alta gerontocracia.
Resulta inverosímil ver, por un lado, cómo son disueltos y desarmados sin violencia ni reacción los ejércitos particulares de los partidos comunistas (milicias populares), y, por otro, a los díri.gentes policiales entonar un infantil "no lo volveremos a hacer", a la vez que, junto con la oposición, buscan documentos comprometedores para los viejos di rigentes (ya arrestados y por investigar).
Por último, aplaudir la capacidad autocrítica de los sinceros comunistas que lucharon con honestidad e idealismo por lo que creyeron justo y que ahora tienen el aplomo de admitir públicamente el mal que provocaron a su país.
Sirva esto para la derecha que gobernó en España durante la dictadura y que nunca tuvo ni tendrá el valor o la honradez de reconocer sus responsabilidades.- Manuel Valverde Romero.
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