Rakowski: "La época de los partidos comunistas terminó"

J. L. REGUEIRA Myeczyslaw Rakowski, de 63 años, primer secretario del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista), marcado por una trayectoria de bandazos ideológicos -ahora liberal, ahora ortodoxo, hoy pretendidamente socialdemócrata-, se encuentra en España por invi tación dell PSOE. Ayer reconoció ante los periodistas que "la época de los partidos comunistas terminó, y esto no es un drama histórico".

Rakowski, antiguo periodista consentido del régimen en los años setenta, desembarcó en la alta política a raiz del estallido de Solidaridad y el posterior golpe de Estado del general Wojciech Jaruzelski, en 1981. Fue primer ministro hasta las pasadas elecciones y el principal negociador con la oposición y con su líder Lech Walesa, sobre el que reconoce que "tiene carisma, pero no es un dios libre de defectos. Yo no le tengo odio. Nunca le traté como a un enemigo. Soy, críti con él, como él mismo lo es conmigoEl primer secretario anunció la refundación del POUP en un congreso extraordinario el año próximo para convertirse en un "partido socialista abierto a todas las corrientes de izquierda en Polonia. "Queremos un partido socialista democrático que conecte con la vieja tradición polaca y con el socialismo democrático de Europa. No hay otro camino para los comunistas que la democracia parlamentaria".

Rakowski, el que fuera, reputado director del semanario Polityka de Varsovia, entiende que "unos partidos socialistas fuertes en el Este de Europa redundan en la fortaleza de los partidos socialistas occidentales". Acontinuación, la peculiar situación polaca parece antojársele como algo global en Europa y por ello dice que esa fortaleza de los partidos europeos, sean del Esste u Occidente, "debe contrarrestar la actividad de los partidos democráticos".

Infantilismo

Pese a que Rakowski reconoce la participación de los comunistas en el nuevo gobierno polaco -con carteras de la trascendencia de Defensa, Interior o Comercio Exterior-, opina que hay algunas enticas que hacer al gabinete del democristiano Tadeusz Nlazowiecki, en especial en el terreno económico. "Para nadie es secreto que el Gobierno polaco quiere entrar en la vía capitalista, pero hay algunos aficionados que desean implantar en Polonia un capitalismo del siglo XIX", dice.

Para el primer secretario del POUP, "los cambios en la Europa, del Este son irreversibles y son consecuencia del bloqueo duramte años a cualquier reforma y de esto son responsables los dirigentes conitinistas que han caído en las últimas semanas". El propio Rakowski puede incluirse entre ellos, pero trata de salvar el embrollo al decir que "Polonia entendió hace tiempo la necesidad de tales cambios y por ello n uestra transición se lleva a cabo sin conflictos".

Para el ex periodista Rakowski la actual situación rumana y las recientes matanzas le merecen un escucto comentario. "Carezco de las informaciones adecuadas, pero si es verdad lo que se ha publicado en la prensa solamente tengo que decir que lo veo negativamente. Cualquier freno al proceso de reformas en el Este está abocado al fracaso".

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