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El trabajo condiciona las relaciones sexuales, según estudios de CC OO

"Primero el amor" fue el argumento de los trabajadores de la British Leyland para rechazar no hace mucho los turnos de noche, alegando que trastornaba sus relaciones sexuales. Varios estudios realizados por el departamento de Salud Laboral de Comisiones Obreras (CC OO) entre conductores de tren, personal de hospitales y comercio confirman que la jornada laboral determina la frecuencia y el horario de las relaciones de pareja.

En una encuesta sobre 150 familias, los afectados declararon vivir de forma incómoda sus relaciones afectivo-sexuales por las dificultades de adaptar sus ritmos a los de sus parejas. A esto se añadían los problemas derivados del tipo de vivienda, el número de miembros de la familia y la distancia del lugar de trabajo.

El sindicalista Angel Cárcoba considera que la organización del trabajo basada en la parcelación de las tareas, altos rendimientos, regulación de jornada, ritmos y rutina, "provoca una fatiga acumulada que impide el desarrollo de la sexualidad". De esta forma se reserva a la práctica sexual día y hora fijos como queda reflejado en otros trabajos de CC 00 sobre grandes almacenes, hostelería, transportes e industria del automovil: el 75% de los trabajadores reserva el viernes para hacer el amor, mientras que un 60% admite que la televisión, no solo distorsiona su relación de pareja, tambien introduce en ella la rutina.

El ruido distorsiona

El ruido es otro elemento de distorsión analizado por los expertos en salud de este sindicato. En sus investigaciones concluyen que los trabajadores expuestos a riesgos acústicos reflejan menores niveles de testosterona (hormona característica del hombre) y que al menos el 29% de las mujeres sometidas a altos niveles de ruidos denuncian alteraciones del cielo menstrual. Entre los operarios expuestos a ruidos y a plaguicidas sorprendió el alto porcentaje de los mismos que manifestaban inapetencia sexual continuada. Luis Miguel Urbán, técnico del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el trabajo, recordaba en unas jornadas recientes sobre salud laboral que en el sector textil, donde se concentra la mayor población de trabajadoras, se generan ruidos superiores a los 90 decibelios, que entrañan riesgos importantes para la salud.Cuando el análisis se realiza entre la población en paro se observa una relación directa entre la sexualidad y sus sentimientos de frustración o infravaloración. De cada 100 mujeres paradas, la mitad presenta trastornos en la esfera de las relaciones afectivas, y de ellas el 16% manifiesta abiertamente inapetencia sexual.

Casi un 40% de los trabajadores inactivos analizados muestran alteraciones del sistema nervioso, insomnio, dolor de cabeza y depresiones. La conclusión de Cárcoba es que "en un país como España, con una fuerte tradición católica, sigue siendo cierto que el sexo sólo sirva para la reproducción; que el trabajo es un deber y la sexualidad, un pecado".

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