Boda de un travestido en Gijón, autorizada por el juez, tras ser verificada su condición masculina
El polémico matrimonio entre un travestido brasileño y una mujer se celebró a la una de la tarde de ayer en los juzgados de Gijón, pese a existir una orden de expulsión del país, en aplicación de la ley de extranjería, del primero de los contrayentes. El travestido brasileño Luis Enrique da Silva, de 40 años -sobre el que pesa una orden de expulsión-, reconocido en el mundo del espectáculo como Walkiria, y la joven Mercedes Sardina, de 24, contrajeron ayer matrimonio civil en medio de una gran expectación, rodeados de periodistas, fotógrafos y gran número de curiosos.
La contrayente compareció en el juzgado vestida de blanco, mientras el insólito novio vestía un traje negro con el que trataba de simular sus formas femeninas, pero sin ocultar una larga melena.El enlace había sido autorizado el pasado mes de noviembre por la titular del Juzgado de Distrito número 1 de Gijón, Concepción Escudero, dado que, aunque los dos novios pertenecen aparentemente al sexo femenino, en cuyo caso se trataría de un matrimonio homosexual, uno de los miembros de la pareja es en realidad un travestido sexual que conserva su documentación legal como varón.
No obstante, Luis Enrique da Silva, que se dedica habitualmente a espectáculos de transformismo, tuvo que someterse previamente a un reconocimiento médico-forense para comprobar que se trata realmente de una persona de sexo masculino.
Luis se había negado en un principio a ser examinado por un facultativo alegando su derecho a la intimidad y justificando su virilidad con su documentación personal en vigor.
La peculiar condición de los contrayentes crea un precedente singular. Hasta ahora no habían sido autorizados en España los matrimonios de. carácter homosexual, pero no se había planteado con anterioridad la posibilidad de un enlace entre un travestido con apariencia de mujer y una chica.
La policía optó ayer por no intervenir y permitir la normal celebración de la ceremonia civil.
Fuentes policiales han informado sin embargo que, pese a haberse celebrado la boda, persiste la orden de expulsión sobre el marido en virtud de la ley de extranjería de 1985, y que dicha orden será ejecutada próximamente.
La ley 7/85 de 1 de julio determina la expulsión de aquellos extranjeros que carezcan de contrato de trabajo, ingresos fijos o un medio de vida. Las mismas fuentes policiales han precisado que, una vez se encuentre fuera de España, Luis Enrique da Silva podrá solicitar, a través del consulado español en su país de origen, la nacionalidad española en razón de su matrimonio con una mujer de esta nacionalidad.
El matrimonio declaró que pretende pasar las Navidades en Brasil con objeto de que la esposa conozca a la familia del novio.
Walkiria y Mercedes Sardina se conocieron hace dos años. La esposa declaró manifestó ayer que decidió casarse con Luis porque lo quiere: "Yo lo quiero por ser él, aunque en su trabajo sea ella".
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