La compra de entidades en crisis permitió el crecimiento del Banco de Vizcaya
Pedro Toledo fue, junto al entonces presidente del Banco de Vizcaya, el responsable de buena parte de las decisiones estratégicas que la entidad financiera tomó en los primeros años de esta década y que permitió colocar al banco entre los más rentables y sólidos del sistema financiero español. La llegada de Pedro Toledo a las áreas de decisión del Vizcaya sirvió, como reconocen fuentes del sector, para la creación del actual mercado interbancario, inexistente hasta entonces, a partir del cual las entidades financieras se prestan dinero entre sí. "Hasta entonces", señalaba el presidente de la patronal AEB, "los bancos españoles no querían prestarse dinero entre ellos". Era su paso por el área de tesorería.
Pero posiblemente donde más destacó Pedro Toledo y el equipo de personas que nucleó en su torno fue en la apuesta por lograr hacer crecer y diversificar al antiguo Banco de Vizcaya mediante una política agresiva de adquisición de bancos en crisis que, a partir de elevadas ayudas públicas y fuertes inversiones en equipos humanos, permitió adquirir entidades en dificultades y ampliar la base de presencia del grupo financiero en el conjunto nacional.El Banco de Vizcaya estuvo prácticamente presente en todas las subastas de bancos en crisis de tamaño pequeño y medio, no presentando ofertas por los de dimensión mayor, hasta que llegó la oportunidad de Banca Catalana. La experiencia adquirida hasta entonces en el saneamiento de bancos de menor tamaño permitió, en palabras del propio Toledo, "asumir el riesgo que suponía el reto de Catalana por su tamaño y sus consideraciones políticas y de todo tipo que llevaba consigo".
El tándem formado por Toledo y Galíndez fue de los primeros que descubrieron los problemas derivados de los pagos de los países latinoamericanos e iniciaron un fuerte proceso de retirada de estos mercados de forma que las pérdidas no se acumularan y pesaran en exceso sobre la cuenta de resultados de la entidad. El riesgo-país fue una de las asignaturas que no quedó pendiente en el balance del antiguo Banco de Vizcaya.
Pedro Toledo, también, inició ciertos movimientos de acercamiento con otras entidades financieras en el mismo momento en que el gobernador del Banco de España, Mariano Rubio, anunció, en el otoño de 1987, que la autoridad monetaria no se opondría a movimientos de concentración bancaria mediante operaciones reguladas por las bolsas.
En aquellos meses dijo una frase que después tuvo mayor fortuna: "u opas o te opan". El movimiento de concentración estaba en marcha y decidió no ser el último. Por ello forzó conversacioes con algunos presidentes, como Escámez del Central, y finalmente logró que, antes de llegar al postre José Ángel Sánchez Asiaín, presidente del Bilbao, alcanzara un acuerdo de fusión que conmocionó al sistema financiero español.
Las sombras también tuvieron su sitio en la carrera profesional de Toledo. La mayor de ellas, y la más cara sin duda aunque la reacción fue relativamente rápida, fue la entrada del grupo KIO en el accionariado del Vizcaya. Cuando se enteraron ya estaba dentro con un porcentaje declarado del 4% en unos momentos en los que se pensaba que la ascensión de este grupo era imparable. La receta utilizada fue sacrificar recursos propios, pagar una prima por lograr su salida con la ayuda de las autoridades económicas y recomponer el anterior equilibrio accionarial.
Fusión con el Bilbao
Pocos meses después, el Vizcaya de Toledo aprobaba la fusión con el Bilbao y se convertía en un banco demasiado caro para que se intentaran operaciones de tiburoneo.Como copresidente del Bilbao Vizcaya (BBV), Pedro Toledo destacó por su participación en el reforzamiento del grupo industrial. En una operación celérica, Toledo negoció vis à vis con Óscar Fanjul, presidente del grupo petrolero público Repsol, el trueque de acciones de Petronor, Naviera Vizcaina y General Química por las de Repsol, en la que el banco tiene un 4,2%. Toledo ocupó un puesto en el consejo, casi coincidiendo con su entrada al consejo de la Régie Renault.
Asimismo, Toledo ha protagonizado el llamado proceso de racionacionalización de la participación del banco en el sector eléctrico, con la vista puesta en un proceso de fusiones.
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