La guerrilla salvadoreña anuncia un. 'diálogo' con EE UU

El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) ha pedido al Gobierno de EE UU que presione a las autoridades salvadoreñas para el logro de una solución negociada de la guerra que se libra en aquel país. Con este propósito, un emisario del FMLN conversó la pasada semana en Washington con un alto funcionario norteamericano, según informaron fuentes próximas a ese encuentro.

Los canales de diálogo entre la guerrilla salvadoreña y la Administración norteamericana se abrieron durante la ocupación del hotle Sheraton por una unidad de combatientes del FMLN hace dos semanas. Las fuentes citadas dijeron que ese día, el 21 de noviembre, dirigentes del FMLN sostuvieron "más de 15 conversaciones telefónicas" con funcionarios norteamericanos para conseguir la solución incruenta del caso, en el que estaban implicados 12 boinas verdes que quedaron durante 24 horas encerrados en una de las habitaciones del hotel.En esas conversaciones, dirigentes del FMLN explicaron a sus interlocutores que ni los íntereses de EE UU ni los ciudadanos estadounidenses en El Salvador eran objetivo de la ofensiva desatada hace casi un mes por la guerrilla. Al mismo tiempo expusieron la necesidad de mantener contactos frecuentes.

Un dirigente político de la izquierda salvadoreña que no es miembro del FMLN, pero que disponía de autoridad para hablar en nombre de la guerrilla, se reunió la pasada semana en Washington con el secretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos, Aronson, para analizar la crisis en El Salvador y buscar vías pacíficas de solución.

Según las fuentes citadas anteriormente, el representante salvadoreño expuso que el FMLN estaba dispuesto a replantear su oferta de abandonar las armas y convertirse en fuerza política si se le garantizaba el pase a retiro de la tandona (la promoción militar que controla actualmente todos los puestos de mando en el Ejército) y la introducción de ciertas reformas constitucionales.

La reacción norteamericana a esta oferta, de acuerdo con una versión de fuentes rebeldes que no ha podido ser confirmada por el lado estadounidense, fue la de aceptar el principio de la negociación, pero advirtiendo que la Administración de George Bush será inflexible contra cualquier intento del FMLN de tomar el poder por las armas.

La guerrilla ha garantizado a EE UU que su actual ofensiva no persigue la toma del poder, sino la creación de un nuevo marco para la solución final a una década de guerra civil.

Para los rebeldes salvadoreflos resulta de vital importancia demostrar a EE UU que la tandona no tiene capacidad para resolver el conflicto por la vía militar, y conseguir así una presión norteamericana sobre el Gobierno de Alfredo Cristiani para que acceda a depurar el Ejército, que recibe 600 millones de dólares de ayuda anuales de Washington. Eso se ve favorecido por la mala imagen de las fuerzas armadas salvadoreñas entre la opinión pública internacional tras la matanza de los sacerdotes jesuitas.

[Además, el presidente de Guatemala, Vinicio Cerezo, reiteró ayer al diario británico The Independent su firme convicción de que el partido gubernamental salvadoreño Arena suministra armas a los escuadrones de la muerte de su país.]