Primera elección por voto directo de gobernadores y alcaldes en Venezuela

Los venezolanos elegirán mañana directamente, por primera vez en su historia republicana, a gobernadores, alcaldes y concejales, en unos comicios que cambiarán la fisonomía política del Estado gracias a la reforma aprobada este año. Los nuevos gobiernos locales electos por la voluntad popular tendrán mayor autonomía; es decir, la reforma permitirá iniciar el federalismo, y la descentralización administrativa del poder central de Caracas.

Esta pereztroika tropical (reestructuración propiciada por el propio, presidente venezolano, Carlos Andrés Pérez) se ha convertido en un arma de doble filo para la ortodoxia del partido gobernante, Acción Democrática -de tendencia socialdemócrata- pues con las elecciones perderá algunas de los gobiernos locales, tradicionalmente dominadas por su partido.A partir de las elecciones de mañana se podrá observar si el Gobierno de Pérez tiene que compartir el poder, a nivel regional, con las fuerzas de oposición, por la pérdida de la hegemonía de su partido. Las encuestas dan por seguro el triunfo de Carlos Tablante, candidato por el Movimiento al Socialismo (MAS), tercera fuerza política del país, para la gobernación del Estado Aragua, vecino a Caracas.

Incluso los propios dirigentes de Acción Democrática reconocen que serán derrotados por el MAS en Aragua y que COPEI (el partido democristiano, segunda fuerza política) ya no es el adversario de antes. El MAS dice que ganará en dos Estados más, Zulia y Táchera, y en 51 alcaldías.

Se prevé una alta abstención

En todo caso, mañana irán a las urnas más de nueve millones de electores de una población de 19 millones y medio de habitantes. Compiten 99 candidatos a gobernadores de 20 Estados; unos 1.127 aspirantes a ocupar 269 alcaldías y 5.545 por su lado a 1.963 cargos de concejales.A pesar del alto número de votantes registrados, la abstención también será alta. Se estima que alcanzará más del 50%. Varios factores conspiran contra el entusiasmo por el sufragio: la novedad de votar nominalmente por listas de concejales; la frustración que han sembrado los escándalos de corrupción; la pobreza que ha provocado el programa económico de Pérez y la proximidad de las presidenciales de 1988.