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Tribuna
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Un ministerio de Desarme

Por caminos convergentes y con frecuencia insospechados, la nivelación europea y la comunicación social por encima de unas fronteras llamadas a desaparecer han de fortalecer, lejos de debilitar, la médula del patriotismo, que consiste en la solidaridad nacional hoy, y europea mañana.El hombre está adquiriendo el papel de sujeto y protagonista de la historia, que el antiguo derecho de gentes sólo concedía a los Estados, lo cual contribuye a la consolidación de una conciencia global de fraternidad, que facilita la generalización del arbitraje y la negociación para los conflictos internacionales, dado que los Estados no son estructuras impuestas al ciudadano, sino organismos orientados por éste a través de la democracia. La nivelación de los sistemas socioeconómicos, como la evolución convergente del neocapitalismo y del neosocialismo hacia formas nuevas de maduración, se nos aparece como un factor esperanzador para establecer la seguridad internacional sobre un equilibrio de fuerzas homologado por el desarme y por tratados internacionales.

La cooperación en curso está disminuyendo hasta tal punto la rivalidad agresiva que se ha hecho arcaica y ucrónica aquella consigna de que "nosotros os enterraremos" dicha de forma explícita por unos e implícita por otros. El hombre, en general, y el europeo, en particular, nunca ha tenido tan clara la conciencia de que "ninguno de los males que se pretenden evitar con la guerra alcanza a ser un mal tan grande como la guerra misma", lema con el cual es de esperar entremos en el siglo XXI, con un bagaje bélico congruente con tal filosofía.

Hay que aprovechar este momento luminoso que estamos viviendo para acelerar la carrera del desarme a escala universal, incorporando sus principios a los ordenamiento jurídicos vigentes. Para comprometemos con esta meta, mis últimas palabras serán para proponer que los españoles vayamos a la cabeza de este movimiento, y para ello tengamos un Ministerio para el Desarme, que lo impulse trabajando codo a codo con el de Asuntos Exteriores y el de Defensa.

Antonio Menchaca Careaga es escritor.

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