El niño

Lo más destacable de las Primeras Jornadas Flamencas de la Universidad, fue una nueva confirmación de Jerónimo como extraordinario concertista. A sus 12 años, no podemos hablar de él como promesa con futuro y todas esas zarandajas, sino como la realidad objetiva de un niño privilegiadamente dotado para la música flamenca. En cada uno de sus conciertos constatamos un nuevo progreso, una música más rica y compleja, más dificil de ejecución y, sobre todo, más jonda. ¿Adónde va a llegar este pequeño gran artista?Menese no estaba en buenas condiciones -él lo advirtió al comenzar-, pero puso empeño en superar ese handicap y con mucho corazón logró momentos brillantes. Carmen Linares, muy bien, como siempre; no fue uno de sus recitales memorables, sin embargo, aunque por soleares rozara el genio. Chano Lobato, también como es habitual en él, fenomenal. Cancanilla me gustó por soleá, no tanto por tangos. Y José Mercé, con su voz flamenquísima, intenta ampliar su repertorio a palos que habitualmente no frecuenta, como la grariaína o la taranta, y lo hace con desigual fortuna; muy bien por bulerías y correcto en fandangos.