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Interior considera los atentados de ETA en Holanda un aviso a Santo Domingo

El Ministerio del Interior tiene la firme sospecha de que ETA cometió los atentados contra intereses españoles en Holanda para advertir al Gobierno de Santo Domingo sobre las consecuencias que tendría la concesión de la extradición, solicitada por España, de los etarras Belén González Peñalba y Juan Manuel Soares Gamboa, expulsados de Argelia a la isla junto con otros cinco terroristas, según indicaron fuentes oficiales.

La amenaza ha surtido efecto aparentemente porque el presidente dominicano, Joaquín Balaguer, afirmó ayer, según la agencia Efe, que denegará la extradición.Desmiente así a su vicecanciller, quien llegó a dar a entender que los etarras podían ser expulsados a España sin necesidad de esperar el trámite de extradición. "Nosotros no entregamos a refugiados políticos", aseguró Balaguer, antes de: recalcar que "el derecho de asilo es un derecho sagrado en todo el continente latinoamericano".

El 24 de octubre fue volado el automóvil del cónsul español en Rotterdam y tres días después se produjo el estallido de sendos artefactos ante la oficina comercial y laboral de la Embajada de España en La Haya. La organización terrorista ETA se responsabilizó de ello 17 días después en un comunicado publicado en el diario Egin, un plazo inusualmente largo.

Otros sospechosos

En el texto explicaba su acción por "la grave responsabilidad en. que incurrió el Gobierno holandés al extraditar en 1979 a cuatro refugiados políticos vascos, entregándoles en manos de la policía española". Hasta que se produjo la tardía reivindicación, el Ministerio del Interior se inclinaba más bien por pensar que la autoría de las explosiones correspondía a los narcotraficantes o, eventualmente, a marineros españoles descontentos.Él informe del que dispone el secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera, indica ahora que ETA ha perpetrado probablemente estos atentados para intentar disuadir al presidente dominicano, Joaquín Balaguer, de que conteste positivamente a la solicitud de extradición que le remitió a principios de mes el Ministerio de Asuntos Exteriores español. La Embajada de Santo Domingo en Madrid y su personal gozan ahora de una protección policial reforzada estática y móvil.

En una alusión que ha sido interpretada como una amenaza a las autoridades dominicanas, ETA emplea en su comunicado la palabra "extradición", cuando en realidad debería utilizar la de expulsión, porque los cuatro vascos, Ignacio Urrutibeaskoa, José Antonio Aguirrebarrena, José Manuel Arzallus y Jon Yurrebaso, fueron expulsados de Holanda rumbo a España al año siguiente del que figura en el comunicado de reivindicación (1979). Dos de ellos se encuentran actualmente en la cárcel.

El primer país que entregó etarras fue Bélgica, a principios de los ochenta, seguido de Francia, y si de verdad la organización terrorista hubiese querido ejercer represalias por la concesión de extradiciones casi una década después, en buena lógica, hubiese tenido. que golpear objetivos belgas o franceses.

Acaso la imposibilidad de subcontratar en Bélgica los atentados y el riesgo de perpetrarlos en Francia se lo haya impedido, incitándola a pasar a la acción en Holanda.

El mencionado informe policial considera, en efecto, harto improbable que el grupo armado vasco haya actuado directamente por primera vez en el extranjero y sospechan que para reducir los riesgos que implica desplazar un comando ha debido subcontratar con alguna organización terrorista con implantación en Holanda.

La hipótesis de la subcontratación cobra fuerza porque tanto el sistema de ignición como el explosivo utilizado son artesanales.

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