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Menem resucita los ritos peronistas y se dirige a los trabajadores desde la Casa Rosada

El Gobierno argentino, que preside el peronista Carlos Menem, atraviesa la primera etapa de conflicto con los sindicatos que responden a Saúl Ubaldini, el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), la central única también peronista que se dividió durante su último congreso de delegados.

Tras la huelga salvaje de los conductores de autobuses, que finalmente admitieron el arbitraje obligatorio, los obreros metalúrgicos iniciaron esta semana una serie de paros progresivos por turnos. Otros gremios han aprobado la aplicación de medidas de fuerza por mejores salarios.Menem se ha encargado personalmente de responder con dureza a los dirigentes sindicales. Pero los conductores de autobuses no han respondido al llamado del presidente ni aceptado los porcentajes de aumento de salario que ofrecían los empresarios privados del transporte. En una manifestación por las calles del centro de Buenos Aires, acusaron al presidente Menem de haberlos "cagado" después de que le ayudaran a realizar sus actos públicos durante la campaña electoral. Por su parte, el sindicato de los metalúrgicos, que controla el histórico Lorenzo Miguel, capo de los gremios peronistas, aprobó sus paros progresivos después de tres años sin conflictos con las cámaras del sector.

Pasados los primeros (lías de desconcierto y luego de imponer el arbitraje obligatorio, el Gobierno ha reaccionado a las huelgas con un discurso igualmente crítico para trabajadores y patrones.

Mientras, la llamada Mesa de Enlace Sindical, que agrupa a los dirigentes gremiales menemistas, resolvió convocar a una concentración en la plaza de Mayo para ayer tarde. La fecha coincide con el aniversario del regreso al país -el 17 de noviembre de 1972 del general Juan Perón tras sus 17 años de exilio lo que ha permitido a los organizadores inundar los medios con la imagen -del general. "Porque estamos con Perón, seguimos a Menem" es la consigna.

El presidente Menem pensaba hablar a la multitud desde los balcones donde lo hacía Perón. Con ese acto público, en el que se llamó a "rodear al presidente" para garantizar la reforma del Estado, el Gobierno ratifica su plan económico y confia en dar una señal clara de autoridad y fortaleza a los empresarios y a los inversores extranjeros.

El presidente Menem no ha logrado remover al histórico Saúl Ubaldini de su sillón de secretario general de la UGT, aun cuando su ministro de Trabajo legimitó al consejo directivo liderado por la fracción de la CGT que encabeza Guerino Andreoni. Los trabajadores continúan re conociendo a Ubaldini como líder y consideran a Andreoni un dirigente "colaborador", según las encuestas de opinión. Los dos secretarios generales, Ubaldini y Andreoni, pensaban seguir el acto de ayer por un circuito cerrado de televisión instalado en la Casa Rosada.

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