España prepara la evacuación voluntaria de sus ciudadanos residentes en El Salvador

El ministro de Asuntos Exteriores español, Francisco Fernández Ordóñez, manifestó ayer en nombre del Gobierno la profunda "consternación por un hecho tan horrendo" como es el asesinato del sacerdote español Ignacio Ellacuría en El Salvador, y que, según afirmó el ministro en funciones, puede tener el efecto de "la gasolina en el fuego" en la actual situación del país centroamericano. El Gobierno prepara las medidas necesarias para realizar una evacuación voluntaria de los ciudadanos españoles residentes en El Salvador.

El Gobierno español solicitó al salvadoreño la inmediata apertura de una investigación sobre los hechos. Fernández Ordóñez mantuvo ayer una conversación con el presidente del Gobierno español, Felipe González, sobre una posible evacuación de la comunidad española en El Salvador, según fuentes allegadas al ministro.La Embajada española en la capital centroamericana ha abierto sus puertas a cualquier ciudadano español que solicite techo o cualquier tipo de apoyo, según fuentes de la Oficina de Información Diplomática. El embajador, Francisco Cádiz Deleito, que realizaba ayer gestiones para que los religiosos españoles que se encuentran en zonas de combate entre el Ejército y la guerrilla pudieran acudir a la sede diplomática, declaró a Efe: "Hemos dicho a los jesuitas españoles que el que haya sufrido la más ligera amenaza se venga zumbando a la embajada".

La Comunidad Europea, por su parte, emitió también una declaración oficial en la que formula "un urgente llamamiento a las partes en conflicto para que renuncien a todo recurso de violencia y reemprendan sin pérdida de tiempo negociaciones".

Desprecio a la vida

El asesinato provocó asimismo las reacciones de la Conferencia Episcopal Española, cuyo secretario general, Agustín García Gasco, calificó a Ignacio Ellacuría de "hombre de Iglesia, comprometido con el pueblo de El Salvador, que ha querido hacer una labor de mediación en medio de la realidad de ese país; él ha influido para hacer ver a ambas partes que el diálogo es posible y necesario". "El diálogo", concluyó García Gasco, "le ha costado la muerte; ojalá su muerte haga posible el entendimiento".

La Asociación de Teólogos Juan XXIII expresó ayer su "repulsa por tan viles asesinatos dictados por el desprecio a la vida humana y por la lógica de la muerte"; su "condena de la espiral de violencia que vive El Salvador y que tiene su origen en la violencia estructural de un sistema injusto..."; y su "reconocimiento del compromiso evangélico por la justicia del Reino de Ignacio Ellacuría y sus compañeros, de su opción por los pobres y oprimidos".

El Departamento de Estado norteamericano condenó ayer con "los términos más enérgicos posibles" el asesinato de seis jesuitas en la universidad Centroamericana en El Salvador, según la portavoz Margart Tutwiler. El embajador norteamericano solicitó información de lo ocurrido en el campus al presidente del Gobierno salvadoreño Alfredo Cristiani.

El embajador de El Salvador en España, Arturo Castrillo, declaró ayer al conocer el asesinato de Ignacio Ellacuría: "No paro de estupor. No se pueden discutir las ideas con balazos", declaró a Efe. El embajador añadió que "no es posible, no puedo entender a quién beneficia la muerte de un hombre como Ellacuría y de los jesuitas españoles".

Nicaragua decretó ayer tres días de duelo por los asesinatos de sacerdotes en El Salvador. Miguel D'Escoto, ministro de Asuntos Exteriores nicaragüense, y también sacerdote, condenó la matanza y afirmó que las víctimas estaban siguiendo los pasos del arzobispo Óscar Romero, asesinado por un guardaespaldas de Roberto d'Aubuisson, líder del partido ultraderechista ARENA, que actualmente gobierna en El Salvador.