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ARDE CENTROAMÉRICA

¿Una matanza premeditada?

Sólo en la cocina se han recogido 22 casquillos de bala" declaró a este diario una persona muy próxima al asesinado Ignacio Ellacuría, que recibió la información directamente de la capital salvadoreña. Para este informante no cabe la menor duda de que, la matanza fue premeditada y la prueba que aporta es la pasiviciad, cuando no connivencia, de los soldados eneargados de custodiar el edificio.Apenas habían sonado las tres de la madrugada en la residericia de profesores de la Universidad Centroamericana de San Salvador cuando un grupo de más de treinta individuos uniformados irrumpió en las habitaciones.

Cuatro jesuitas -entre ellos Ellacuría- fueron desalojados a empellones de sus cuartos y alineados fuera. del edificio. Una descarga acabó con sus vidas, Otros dos eran asesinados en sus camas, mientras la. cocinera y su hija eran acribilladas entre los peroles.

El Gobierno del presidente: Alfredo Cristiani", añade la fuente, "intentó ponerse en contacto con Ellacuría durante el reciente: víaje que éste hizo a la República Federal de Alernania y a España la semana pasada para proponerle que formara parte de la comisión investigalora que se prepara en El Salvador sobre el reciente asesinato de nueve sindicalistas". El jesuita asesinado declaró que no tenía inconveniente en participar [ver documento reproducido abajo], pero el asunto quedaba en manos de sus superiores religiosos.

Un español que habló con Ellacuría el pasado fin de semana, en vísperas de su retorno a El Salvador, comentó que el religioso "no sentía temor alguno ante su vuelta. Incluso tenía previsto entrevistarse con el presidente Cristiani y con Roberto D'Aubuisson" -personaje éste de la extrema derecha que a decir de algunos maneja los hilos del poder desde la sombra-

En declaraciones confidenciales durante su reciente visita a España, Ellacuría dijo que estaba "confuso por las pretensiones recientes de la guerrilla", pero también culpó a Estados Unidos de propiciar el enfrentamiento civil salvadoreño.

Por otra parte, el sacerdote Jesús Ellacuría, uno de los hermanos del jesuita asesinado, con quien habló por última vez a primeros de este mes, declaró: "Ignacio ha sido un hombre consecuente durante toda la vida y eso le ha llevado a la tumba", iniforma Aitor Guenaga en Bilbao. "Había sido amenazado varias veces, pero a pesar de todo seguía en El Salvador", añadió.

Jesús Ellacuría, de 60 años de edad, no está destinado en ninguna parroquia y se dedica a cuidar a su anciano padre. Otro de los hermanos de la víctima, también jesuita, fue expulsado de Taiwan y ahora da clases en el colegio de Indautxu. El último de los hermanos es un jesuita secularizado.

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