El Banco de España pedirá nuevas medidas si las actudales no aseguran el enfriamiento económico
El Banco de España está dispuesto a tomar todas las medidas que hagan falta para conseguir el ajuste económico y la estabilidad del crecimiento en el próximo ejercicio, declaró ayer el gobernador del Banco de España, Mariano Rubio, en su intervención ante la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD). Rubio añadió que "si creyésemos que las medidas adoptadas no son suficientes, el banco no dudaría en solicitar al ministerio las facultades necesarias para adoptar medidas adicionales que permitan cumplir estos objetivos". Rubio afirmó que "lo peor de las restricciones monetarias no ha llegado todavía".
La intervención de Mariano Rubio en un acto organizado por APD para dar a conocer los datos de la central de balances correspondientes al ejercicio pasado remarcó, con mayor intensidad, las últimas declaraciones del ministro de Economía en funciones Carlos Solchaga. Si el ministro habló hace dos días de un presupuesto para 1990 menos expansivo que el actual, Mariano Rubio señaló que "sea cual sea la característica del presupuesto y aun en el supuesto de que fuera restrictivo, la política monetaria a llevar a cabo en el proximo año mantendrá las mismas líneas restrictivas que lo decidido en la segundo semestre de l989".El gobernador dio a conocer Las grandes líneas del presupuesto monetario La cantidad de dinero en circulación crecerá en torno al 8%, con una banda de fluctuación que puede llevar el máximo hasta el 9,5%, acorde con lo que está ocurriendo en los tres últimos meses de este año. Esta cifra, que será cinco puntos inferior a la de 1989, es compatible con un crecimiento del crédito al sector privado de la economía del 12,5%, también casi cinco puntos por debajo del objetivo de cierre de este ejercicio. Las cifras de crecimiento monetario corresponden a un incremento "el gasto nominal cercano al 0%, cuyo reparto entre precios crecimiento real "dependerá de as decisiones de los agentes soiales en lo que se refiere a subilas salariales y traslado de los ostes a precios y no tanto de la p'olítica monetaria, que no se mo ificaráll.
Mariano Rubio señaló que la -oncertación social "es muy coneniente pero que debe ser muy entorno de la Comunidad Europea" y, añadió, "ello no irripide que una parte importante de estos países tengan menos desequilibrios de los que presenta la economía española". Por ello, hizo una llamada a la responsabilidad de empresarios y sindicatos para que moderaran la traslación de sus nuevos costes a los precios y a las reivindicaciones salariales que se plantearán en 1990.
Nuevos problemas
Mariano Rubio afirmó en su intervención "que lo peor no ha llegado todavía" en una clara referencia a que los primeros meses del próximo ejercicio plantearán problemas que hasta ahora han quedado apareados.De hecho, dijo Rubio, las restricciones crediticlas impuestas a principios el verano, que se han traducido en un menor crecimiento de las magnitudes monetarias en estos meses, han podido ser sorteadas por las empresas y particulares mediante una reducción de relativa importancia de su tesorería. Pero, al mantenerse al menos durante el primer semestre dichas restricciones y al agotarse o disminuir dicha tesorería, pueden producirse "cuellos de botella" en los primeros meses de 1990.
La intervención de Mariano Rubio estuvo enmarcada, en su opinión, por las reiteradas declaraciones del presidente del Gobierno desde hace meses de establecer objetivos claros desde que se produjo la entrada de la peseta en el Sistema Monetario Europeo. Por ello, señaló, "el objetivo básico es conseguir una reducción importante de la inflación en el próximo ejercicio y contener el ritmo de crecimiento del déficit de la balanza por cuenta corriente". Según el máximo responsable del banco emísor, "es preciso reducir la crecimiento de la demanda nominal desde el 14% actual hasta una tasa cercana al l0%".
De hecho, y aunque no lo explicitó en su intervención, el objetivo es bajar de los dos dígitos en algunas de las grandes maeromagnitudes: crecimiento monetario y gasto nominal, al tiempo que tratar de conjugar, con igual fuerza, la política presupuestaria y la monetaria. Porque, afirmó, "si en un momento de política presupuestaria más restrictiva la política monetaria cediese, el plan de ajuste estaría abocado al fracaso".
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