Conflictiva transformación de la Pontificia de Salamanca en Universidad Católica
El próximo día 10, el claustro de la Universidad Pontificia de Salamanca elegirá nuevo rector en sustitución de Gerardo Pastor Ramos, que dimitió el pasado mes de mayo por las dificultades que encontró el proyecto de Universidad Católica en un sector de la Conferencia Episcopal. El proyecto de transformación del centro universitario del episcopado español tendrá que ser replanteado por el nuevo rector, elegido de una terna entre los 10 candidatos nombrados por los consejos de las ocho facultades.
Esa terna se remitirá al gran canciller, cardenal Ángel Suquía, quien a su vez la enviará a Roma, donde se designará al nuevo rector, que normalmente será quien logre mayor número de votos entre los tres candidatos.
Con unos 5.000 alumnos en sus ocho facultades, cinco institutos superiores y cuatro escuelas universitarias —varios de ellos en el campus de Madrid—, la Universidad Pontificia ha encarado el cincuentenario de la que se considera "restauración" de los estudios de Teología y Cánones en la antigua universidad de Salamanca, pero que fueron suprimidos a mediados del siglo XIX. La celebración del cincuentenario se quiere hacer coincidir con la transformación de la Pontificia en Universidad Católica, que en realidad supone una expansión mediante la renovación de la oferta de estudios.
El modelo de expansión de la Universidad Pontificia, con la renovación que implica la propuesta, ha sido la clave de los enfrentamientos entre el rector Gerardo Pastor y el gran canciller del centro, cardenal Ángel Suquía. El todavía rector en funciones remite al pacto de silencio que estableció en torno a su dimisión, pero ahora sí ha indicado que "si me quito de en medio es, precisamente, para que el proyecto de Universidad Católica pueda ir adelante". Gerardo Pastor afirma que, en contra de lo que mantienen algunos sectores, el Libro Blanco sobre los planes de expansión sí está elaborado. "A mí se me pidió que preparara el planteamiento y se presentó ante la Conferencia Episcopal. Una parte mínima de la propuesta fue lo aprobado, afirma el rector.
El profesor Pastor Ramos resalta que se trata de "un proyecto de todos que encontró el apoyo unánime del claustro". No obstante, indica que "quizá se tiene la imagen de que las facultades eclesiásticas quedan en segundo plano", lo que ha podido motivar recelos. Ramos precisa que lo que él sí había pedido a esas facultades era "más diálogo con las ciencias actuales, que fue lo que hizo en su tiempo santo Tomás".
El rector dimisionario reconoce que el nuevo proyecto, en estos momentos, está en "cierto estancamiento, como es natural en un período de transición". Con todo, Gerardo Pastor advierte que esa transformación que va a experimentar la Pontificia no será de tipo jurídico, pero sí económico, estatutario e incluso de campus y de configuración de presencia. "La Pontificia siempre ha figurado en el elenco de universidades católicas y, por tanto, de iure ya lo es, pero de facto es una universidad de tipo eclesiástico y humanístico. Por eso quiere ser Universidad Católica de facto" explica.
Nuevas titulaciones
La nueva situación requerirá una transformación progresiva con la puesta en marcha de nuevas titulaciones, que ya han tenido su arranque en la facultad de Ciencias de la Información. Ahora, de acuerdo con el proyecto establecido, otras cuatro titulaciones ya han sido aprobadas por el plenario de la Conferencia Episcopal y sus planes de estudio se han enviado a Roma. Se trata de Economía de la Empresa, Derecho, Informática y Veterinaria. Las dos primeras, con sede en Madrid; Informática, repartida entre la capital y Salamanca, y Veterinaria, en la sede central salmantina. Pero, excepción hecha de esa ampliación de estudios, la expansión de la Pontificia como futura Universidad Católica no se encuentra definida plenamente al haber chocado el proyecto presentado por el rector con la jerarquía eclesiástica encabezada por Suquía.
El nuevo rector tendrá que afrontar la falta de definición del proceso de evolución, para establecer el tipo de actuaciones y sus prioridades, si se configura la Universidad Católica para un ámbito reducido o si aborda decididamente el terreno que se ofrecerá a las universidades privadas. En cuando a la normativa legal que configure esas nuevas universidades, Gerardo Pastor estima que la Pontificia, al igual que Comillas, mantendrá su actual estatus y no se acogerá a la nueva ley.
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