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Una 'cumbre' aguada

En julio, Bush pidió a sus ayudantes que le preparasen un encuentro informal con Gorbachov

Los cambios en Europa del Este y el estado actual de la perestroika en la URSS serán los dos temas estrella de la inesperada reunión marinera de diciembre entre los presidentes de Estados Unidos y de la Unión Soviética, George Bush y Mijail Gorbachov, respectivamente. Aunque no existe un orden del día prefijado, con el fin de que los dos líderes puedan abordar de forma espontánea los temas que crean convenientes, la opinión generalizada en Washington es que estas dos cuestiones dominarán los dos días de conversaciones.

La génesis misma de la reunión así lo confirma. Según reveló el propio Bush el martes, al anunciar que se reuniría con Gorbachov en el Mediterráneo el sábado 2 y el domingo 3 de diciembre próximos, la idea de celebrar un encuentro con el líder soviético se le ocurrió en París el pasado julio, donde asistía a la cumbre económica de los países industrializados después de visitar Hungría y Polonia.Según han revelado funcionarios de la Administración, los responsables políticos de los dos países le pidieron que se entrevistara con Gorbachov para demostrar públicamente al mundo el apoyo de Estados Unidos a las reformas en la URSS.

Bush, que siempre ha sido un ferviente partidario de la diplomacia directa a través de contactos personales con otros líderes políticos, maduró la petición durante su estancia en París, y la noche antes de regresar a Washington, en una reunión relajada con sus más cercanos colaboradores en la terraza de la residencia del embajador norteamericano en Francia, pidió a sus ayudantes que empezasen a preparar "a non-summit summit" (una cumbre no-cumbre).

La matización sobre el calificativo de la reunión era importante para Bush, que no deseaba una repetición de lo que en Washington se considera la encerrona preparada por Gorbachov a Ronald Reagan en Reikiavik en octubre de 1986, cuando el entonces presidente norteamericano estuvo a punto de aceptar la eliminación de los misiles de alcance medio en Europa sin consultar a sus aliados europeos.

Postura oficial

A pesar de que el presidente norteamericano siguió manteniendo la postura oficial, adoptada desde su toma de posesión en enero, de que una reunión apresurada con Gorbachov no era aconsejable hasta que pudiera producir resultados concretos -postura que reiteró incluso el pasado 18 de septiembre-, Bush redactó personalmente una carta a bordo del avión presidencial Air Force One proponiendo a Gorbachov una reunión informal con temario abierto.Mijail Gorbachov aceptó a primeros de agosto, y los responsables de las dos diplomacias empezaron a discutir los detalles en el más completo secreto.

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Anuncio 'urbi et orbe'

Los detalles finales se ultimaron a principios de octubre, y ambos presidentes acordaron hacer un anuncio simultáneo urbi et orbe en Washington y Moscú el martes después de que el Washington Post se apuntara la baza de adelantar la posibilidad de la entrevista el mismo día, con gran disgusto del presidente norteamericano. La posibilidad de una reunión anticipada ni siquiera trascendió después de las conversaciones mantenidas a mediados de septiembre en Wyoming entre James Baker y Edvard Shevardnadze, en las que los dos ministros de Asuntos Exteriores anunciaron la celebración de una cumbre presidencial monográfica para tratar temas de desarme a mediados de 1990.George Bush y Mijail Gorbachov se reunirán con un séquito reducidísimo en dos navíos de las respectivas marinas frente a las costas de Malta, aprovechando la visita oficial del líder soviético a Italia y al Vaticano del 29 de noviembre al 1 de diciembre. "Queremos evitar la fanfarria que genera toda reunión formal", dijo el presidente Bush para explicar la elección de la localización marinera, que recuerda la histórica entrevista mantenida frente a Terranova por el presidente Franklin Delano Roosevelt y por el primer ministro británico, Winston Churchill, en agosto de 1941, cuatro meses antes del ataque japonés a Pearl Harbour.

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