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30 muertos y 300 heridos en dos seísmos en Argelia

Los habitantes de la ciudad de Argel se reponían ayer de una noche pasada colectivamente en blanco, una noche en la que el miedo y la incertidumbre superaron incluso todo lo sentido durante las jornadas de octubre de 1988, cuando una revuelta juvenil fue aplastada sangrientamente por el Ejército. Los dos temblores de tierra consecutivos se cobraron en otras localidades argelinas más próximas al epicentro un mínimo de 30 vidas humanas. Más de 300 personas resultaron heridas.

Eran las 20.10 y buena parte de las gentes de Argel veía en sus hogares el telediario de la noche. Entonces, según la descripción generalizada, se escuchó un ruido sordo y estremecedor, los edificios temblaron durante unos 10 segundos, las vajillas entrechocaron en los aparadores y los vecinos se lanzaron de inmediato a las calles, la mayoría en bata o pijama y con los pies descalzos. Un cuarto de hora después, un segundo movimiento sísmico hizo temblar de nuevo la capital magrebí, que cuenta con tres millones de habitantes.El recuerdo angustioso de los recientes temblores en San Francisco y algunos lugares de China, Japón e Italia se hizo presente de inmediato. Pero fue superado por el de una catástrofe argelina: el terremoto que en 1980 destruyó la localidad de El Asnam (reconstruida luego y rebautizada con el nombre de Chlef), causando un mínimo de 3.000 muertes. Era demasiado para los habitantes de Arael.

Durante casi toda la noche, las gentes se resistieron a volver a sus hogares, pese a los llamamientos en tal sentido efectuados por los altavoces de los numerosos coches de policía que recorrían la ciudad. Agobiados desde hace varios años por una crónica crisis económica, fatigados de las luchas por encontrar muchos de los más elementales productos de consumo, pesimistas en gran medida respecto al porvenir de la reforma liberal emprendida por el presidente Chadli Benyedi desde los sucesos de octubre del pasado año, los vecinos de Argel se temían lo peor, estaban convencidos de que un gafe afectaba su país.

Campamentos improvisados

Los solares, Jardines y parques fueron convertidos en improvisados campamentos; numerosas mezquitas abrieron sus puertas y albergaron muchedumbres en oración; los almuédanos recitaron sin cesar versículos del Corán desde sus alminares; muchas familias se refugiaron en sus vehículos" otras afluyeron a los hospitales. Mientras en los alrededores del hospital Mustafá se agolpaban masas humanas, en sus servicios de urgencia no se daba abasto.Los heridos atendidos en el Mustafá y otros centros de la capital eran en su práctica totalidad las víctimas del pánico. Personas que se habían desvanecido, habían caído por las escaleras en la precipitada huida, sufrían crisis nerviosas o habían tenido accidentes automovilísticos. Los dos movimientos telúricos consecutivos sólo provocaron en Argel el terror colectivo, algunos hundimientos sin consecuencias personales de viejos edificios de la histórica Kasbah, un espectacular incendio en el barrio de Belcur y un fallecimiento por infarto de miocardio.

Se trabaja en el rescate de personas enterradas bajo los escombros.

Marruecos y Argelia están asentados sobre una gran fractura terrestre, que provoca frecuentes movimientos telúricos, según los especialistas. Esos temblores son las consecuencias de las tensiones causadas por los movimientos de ajuste de las cadenas montañosas del Atlas. En 1716 la ciudad de Argel fue borrada del mapa por un seísmo que provocó unas 20.000 víctimas.

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