Howe pone a España como ejemplo de que Europa es compatible con el patriotismo
España es un ejemplo de cómo "el patriotismo y el compromiso europeo no tienen por qué ser excluyentes", afirmó sir Geoffrey Howe, vicepresidente del Gobierno conservador británico, en su primera comparecencia pública desde que, el pasado jueves, Margaret Thatcher se viera obligada a aceptar la dimisión de su ministro de Economía, Nigel Lawson, excesivamente europeísta (al igual que Howe) para el sentir de la dama de hierro.
Howe, una de las cabezas más lúcidas de los tories y que el pasado mes de julio fue sustituido al frente de la diplomacia británica por el ahora sucesor de Lawson, John Major, ofreció en la noche del sábado una cena en la ciudad de Bath a los participantes en las segundas Tertulias Hispano-Británicas.La primera reunión de este tipo se celebró hace un año en Salamanca. A la de ahora asisten personalidades de la política, la economía y la cultura de ambos países empeñadas en garantizar "un futuro de unión y cooperación", como recalcó Alberto Oliart copresidente -junto al historiador británico Hugh Thomas- de estos encuentros, en los que el acercamiento bilateral se ve beneficiado por la total confidencialidad que rodea los debates.
Howe, que expusó su intención de visitar España en 1992 con motivo de los múltiples acontecimientos culturales que ese albergará este país, lanzó un canto a la Comunidad Europea como "vehículo esencial a través del cual podremos ejercer en el mundo la influencia a la que aspiramos".
"El aislamiento no es una opción", afirmó tajante Howe, en lo que se interpreta como un oportuno recordatorio a la primera ministra de que el Reino Unido se comprometió en la cumbre comunitaria celebrado el pasado junio en Madrid a preparar el in greso de la libra en el Sistema Monetario Europeo (SME).
Estado-nación
Howe trazó un paralelismo entre los pasados imperiales de España y el Reino Unido y la posterior invención por ambos países, junto con Francia, del concepto de Estado-nación.
"Una Europa más fuerte no está reñida con la firme defensa de los intereses nacionales", recordó el político conservador, para quien "la soberanía es una forma de influencia que puede multiplicarse y maximizarse mediante la cooperación con los otros", y no "algo destinado a ser celosamente defendido guardando distancias de los demás". Después de todo, como dijo Howe, "la soberanía no es como la virginidad, que o bien se posee o no se posee".
El diplomático británico aprovechó su intervención ante la audiencia hispano-británica para alabar "el enorme coraje y la altura intelectual" de Nigel Lawson, cuyo empeño por acelerar la integración de la libra esterlina en el Sistema Monetario Europeo chocó con los deseos de Margaret Thatcher de no sucumbir a las presiones de sus restantes socios comunitarios hasta la celebración de las próximas elecciones generales, previstas en principio para 1992.
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