El magisterio de Celibidache
El público madrileño despidió el sábado entre aclamaciones a Sergiu Celebidache, quien con la soberbia Filarmónica de Múnich ha instalado entre nosotros, durante cuatro días, nada menos que la música en su verdad. Tanto en el superlativo Brückner como en Verdi, Strauss y Brahms, el grandísimo maestro, dueño de todos los saberes de la música, volvió a ejercer su increíble magisterio.Se trata de lecciones que no van dirigidas a los profesionales, ni siquiera a los denominados "entendidos", sino a todos. Por eso, el bien que ejercen es incalculable, pues la audiencia, en pleno, percibe el fenómeno musical en su total veracidad. La verdad puede ser suplantada por la mentira mil veces repetida. Por lo mismo, hay que luchar contra la mentira, aunque se vista con la seda de la brillantez, la sensación, el efectismo e, incluso, el nivel profesional. Es lo que hace Sergiu Celebidache.