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Las limosnas llegadas este año a Juan Pablo II cubren prácticamente el déficit del Vaticano

Juan Arias

Las ofrendas llegadas al papa Karol Wojtyla, a través de¡ óbolo de San Pedro, recogidas por los obispos en todo el mundo han aumentado tanto este año, por primera vez, que prácticamente han cubierto el déficit de las finanzas vaticanas. En efecto, mientras que el déficit de 1988 ha sido de 43.506 millones de dólares (que, junto con los gastos extraordinarios, llegó a 57.225 millones de dólares), las limosnas llegadas al Papa en 1989 fueron de 52.935 millones (más de seis millones de pesetas).

De lo que se deduce que la campaña hecha por el Papa en persona pidiendo a los obispos que estimularan la generosidad de los católicos del mundo para ayudar a paliar la crisis económica del Vaticano ha dado buenos frutos.Aunque un comunicado de ayer de la Santa Sede, tras la reunión del comité de 15 cardenales de varias partes del mundo que como cada año se acaba de reunir en el Vaticano para examinar las cuentas del Estado más pequeño del mundo, subraya con orgullo que este año los diversos organismos de la Santa Sede "han hecho un esfuerzo de austeridad para gastar menos". En total, los gastos de la Santa Sede en 1988 han sido de 117.959 millones de dólares y lo recaudado por sus rentas varias de 97.219 millones de dólares.

Los gastos mayores

Los gastos mayores del Vaticano proceden de las nunciaturas apostólicas, que siguen aumentando y son completamente pasivas (es decir, que no tienen ingresos) y a las que el Concilio Vaticano II había pensado incluso cerrar; del diario de la Santa Sede, L'Osservatore Romano, que tiene un déficit de 5.284 millones de dólares y sobre todo Radio Vaticana, que no admite ni publicidad ni patrocinadores y que este año ha tenido un déficit de 15.638 dólares.

Lo que, como cada año, ha ido viento en popa es la administración interna del Estado de la ciudad del Vaticano, del que es vicegobernador el arzobispo Paul Marcinkus, ex presidente del Instituto para las Obras de Religión (IOR), el banco del Papa. Ha obtenido unas ganancias de 83.668 millones de dólares, mientras que los gastos fueron de 70.443 millones. En dichas ganancias figuran las entradas a los museos vaticanos, a la basílica de San Pedro, los sellos los pergaminos de bendiciones papales, las monedas, etcétera.

Esta vez, entre el comité de cardenales de todo el mundo encargados de revisar las cuentas del Papa no ha figurado ya el arzobispo de Barcelona, Narcís Jubany, en cuyo puesto Juan Pablo II ha nombrado al arzobispo de Madrid, el cardenal Angel Suquía Goicoechea, que participa por vez primera. El comunicado de ayer alude a que, por primera vez, las cuentas han sido vistas por "revisores externos". De lo que no se habla, sin embargo, es del estado de cuentas del IOR.

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