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Hungría liquida hoy el régimen comunista

Hungría liquida hoy, oficialmente, el régimen comunista y deja de ser una república popular, justo al cumplirse el 33º aniversario de la invasión soviética para frenar el levantamiento popular. Los últimos acontecimientos indican que los herederos del partido comunista tienen un futuro difícil, a pesar de los cambios introducidos en su ideología y en el propio sistema.

El recién creado Partido Socialista Húngaro (PSH), surgido de las cenizas del comunista PSOH, recientemente disuelto, no parece capaz de hacerse cargo de la herencia del régimen.Los viejos militantes comunistas no se apuntan a las nuevas siglas más que en proporción mínima, pero tampoco se han afiliado a la nueva formación que bajo el signo de la ortodoxia intenta crear el ex secretario general del PSOH Karoly Grosz, informa desde Budapest Hermann Tertsch.

El Partido de Demócratas Libres se ha desmarcado abiertamente de su teórico aliado, el PSH. Su líder, Miklos Haraszti, ha calificado a este partido de "cadáver político" y amenaza directamente a los últimos supervivientes comunistas al presentar 200.000 firmas para exigir un referéndum que decida si las elecciones presidenciales deben celebrarse antes o después de las generales. La oposición apuesta por la segunda opción.

Una hipótesis con muchas probabilidades de convertirse en realidad es que el referéndum se celebre en diciembre y que la elección de jefe de Estado, prevista en principio para ese mes, se posponga.

"Todo hace pensar que los comunistas desaparecerán del escenario político húngaro en los próximos comicios", aseguró Haraszti. "Ya no pueden garantizar ninguna estabilidad. Son incapaces de dirigir un Gobierno, porque todo Gobierno comunista sería débil y este país necesita una autoridad fuerte para hacer los drásticos cambios necesarios en la economía", añadió. El dirigente opositor considera que el "golpe de gracia" ha sido la reciente decisión del Parlamento de eliminar en las empresas las células del actual partido gobernante.

Por otra parte, el Foro Democrático, que se perfila como la principal fuerza política del inmediato futuro, acordó ayer no apoyar al candidato del PSH a la presidencia, el reformista Imre Poszgay, y presentar a uno de sus hombres, el profesor de etnografía Lajos Fur. El Foro nombró ayer a su propio presidente, Joszef Antall.

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