Lisbeth Palme acusa a la policía de vender información secreta a la Prensa sueca

Lisbeth Palme, viuda del ex primer ministro asesinado Olof Palme, acusó a la policía de haber vendido información secreta de la investigación a la Prensa y a ésta de haber legitimado el crimen a través de una campaña de calumnias contra su marido y de haber saboteado directamente la investigación. Estas graves acusaciones las formuló la viuda de Palme al romper por primera vez su silencio, después de casi cuatro años, en una entrevista de 30 minutos en uno de los canales de televisión.Refiriéndose a Hans Holmer, el jefe de policía que condujo la investigación al comienzo, dijo: "Me mintió en mi propia cara la misma noche del crimen cuando me aseguró que cuanto dijera yo era absolutamente secreto y confidencial y luego le suministró la información a la cronista de un diario".

Lisbeth Palme, que dijo ser muy consciente de la gravedad de sus afirmaciones, sostuvo que algunos policías habían recibido sumas elevadas por vender información secreta a la Prensa. Por todo ello, dijo haber perdido tempranamente toda confianza en la investigación llevada a cabo por la policia.

El sabotaje de la investigación por parte de la Prensa se hizo, a juicio de Lisbeth Palme, de varias maneras, entre otras, publicando informaciones que debían mantenerse en silencio y fotos de testigos a los cuales no se les pudo luego utilizar.

Dijo que había mantenido silencio durante casi cuatro años, pese a diversos requerimientos de la Prensa, para no entorpecer la investigación, pero que la cobertura que habían hecho los medios de la conferencia de prensa de Christe Pettersson al día siguiente de su liberación, que calificó de "chocante, sensacionalista y asquerosa", la ha hecho hablar.

Respecto a la decisión del Tribunal de Segunda Instancia que absolvió al presunto asesino de su marido, dijo que se había sentido muy desilusionada, que estaba muy segura de lo que había guardado en su memoria, y de su convencimiento de la culpabilidad del acusado, pero manifestó no saber cómo habían razonado los miembros del tribunal para llegar a la absolución.