Ficha Roja
Al anochecer una dama vestida de blanco llega todos los días al casino de juego; se acerca a una mesa de ruleta y saca del bolso siempre la misma ficha roja muy gastada. Los empleados sonríen. Ella deposita la pieza entera a pleno cuando la bola está girando y ya no cabe la posibilidad de que otros jugadores puedan imitar su gesto. Después de dar infinitas vueltas por el universo, la bola comienza a perder capacidad y finalmente cae de modo ineludible en el número que la dama ha elegido. Sólo apuesta una vez. Algunos dicen que es la muerte al verla así tan pálida dominando. La dama recoge las ganancias pero nunca cambia en moneda la ficha escarlata con la que ha jugado. Luego desaparece en la noche y al día siguiente vuelve al casino cada vez más hermosa a causa de tanta suerte.Se cuentan extrañas historias acerca de esta mujer. No se puede acertar una jugada única a pleno todos los días durante un año entero a la misma hora de la tarde sin que cunda un rumor del más allá entre los amantes de la fortuna. Unos creen que la misteriosa energía se halla en la mente de esa dama desconocida. Otros piensan que la virtud emerge de la propia ficha escarlata y por eso su dueña nunca la abandona. El director del casino no ha osado formular a la mujer ciertas preguntas ni ha intentado interrumpir con algún método inconfesable una racha tan fascinante. No lo expresan abiertamente, pero algunos saben que la muerte anda merodeando en torno a esta representación. Hubo una vez un salteador de tumbas que encontró entre los despojos de un cadáver una ficha de ruleta, la cual pasó a manos de su amante. En la oscuridad del sepulcro la ficha había conocido todas las posibilidades del azar y en ella quedó grabado ese punto del infinito en que todos los números coinciden. Pero el salteador de tumbas y su amante han muerto también. Eso está demostrado. Ahora sólo queda por descifrar quién es ella. Quién es esa dama que guarda la ficha roja como el sello de la verdad para depositarla un instante cada tarde sobre el sueño deseado.
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