Aumenta en Japón la sensibilidad hacia la prevención de seísmos

El terremoto de San Francisco ha incrementado la sensibilidad de Japón para prevenir catástrofes naturales en un país que registra el 20% de los movimientos sísinícos que se producen cada año en el planeta. Las autoridades japonesas han afirmado tras la tragedia que Tokio está actualmente preparada para resistir un temblor de la intensidad del de San Francisco (6,9 grados en la escala Richter).La capital y su entorno sufrieron en 1923 uno de los peores terremotos del siglo -7,9 grados en la Richter y más de 140.000 muertos-, que obligó a una completa reconstrucción sobre, la base de un plan antisísmico. Desde entonces Tokio vive con la incertidumbre y el temor por determinar cuándo llegará el próximo terremoto. En San Francisco han tenido que transcurrir 83 años entre la catástrofe de 1906 y la del 17 de octubre. La última predicción realizada por los científicos japoneses estima que no es previsible que Tokio sufra un terremoto como el de 1923 antes de la última mitad del próximo siglo.

El Gobierno japonés afirma que los puentes y las carreteras que existen en el país no quedarían dañados por un seísmo de intensidad similar al de San Francisco y sólo la red metropolitana se vería afectada, aunque de forma no grave. El metro de Tokio está dotado de medidas antisísmicas. En muchas líneas hay monitores sismográficos conectados a una red central, los vagones han sido fabricados con materiales antiinflamables y en las esraciones hay puertas especiales para evitar inundaciones. En cualquier caso, las autoridades han decidido estudiar los efectos del terremoto de San Francisco recogiendo sobre el terreno información para ser luego analizada por sismólogos, arquitectos e ingenieros japoneses. Los expertos desean inspeccionar especialmente el tramo destruido en un puente de la carretera de Oakland a San Francisco y cuyo hundimiento ocasionó el mayor número de víctimas.