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LA ÚLTIMA DÉCADA

Escuelas discográficasEn coherencia con el próspero negocio en la edición de discos y vídeo-clips, en Estados Unidos han comenzado a proliferar las escuelas que otorgan un certificado de competencia en grabaciones de productos audiovisuales. Probablemente, los nuevos centros de enseñanza sobre estas materias se han convertido en las sedes educativas don de se trabaja con mayor pasión, con los horarios más intensivos y con los alumnos más devotos hacia maestros, en su mayoría míticamente relacionados con las producciones de los ídolos, cantantes y compositores más afamados. La revista neoyorquina Rolling Stone ha publica do en su último número un amplio reportaje sobre estas nuevas recording schools que han suscitado un creciente interés entre los jóvenes. Ingeniería de sonido y grabación, técnicas de amplificación y montaje, estrategias en los musiv-video, pro moción y publicidad para los lanzamientos. La adaptabilidad de la sociedad norteamericana, en businness y en enseñanza, procura a menudo estas actividades paralelas al saber convencional. Bien como derivaciones de las universidades de Ohio y Miami, o de conservatorios como el Berklee College of Music, el fenómeno se extiende por la nación entera. Según la revista Mix, considerada la biblia de la información discográfica, existen ya más de 80 instituciones que ofrecen una formación relacionada a lo ancho de Estados Unidos. Sus programas abarcan desde las cinco se manas, con una matrícula equivalente a las 250.000 pesetas, hasta preparaciones de cuatro años por un importe de más de cuatro millones de pesetas, lo que indica, según el nivel de los precios, la fuerza y la abundancia de la demanda.

Una de las escuelas más prestigiosas, la Full Sail for the Recording Arts, en Orlando, Horida, se define a sí misma en los anuncios como el centro que proporciona una carrera jalonada por discos de oro y de platino y garantiza al menos a un 75% de sus estudiantes un empleo seguro y directo tras obtener el certificado. Concreta mente, en,1988, 133 de sus 167 graduados encontraron seguida mente trabajo en diferentes dios nacionales de grabación.

En el mismo mundo de la música y también en Estados Unidos se ha introducido una práctica innovación para los consumidores que está logran do una espectacular aceptación. Se trata de una máquina electrónica instalada en los comercios de discos y mediante la cual el aficionado puede grabar en una cinta virgen el repertorio de melodías de su elección. La novedad ha sido promovida por la compañía Personics Corporation, de Redwood City, California, y ha comenzado este mismo mes de octubre con el funcionamiento de 180 aparatos en el Estado californiano y en el área metropolitana de Nueva York. El sistema es muy simple. Cada usuario interesado en grabar su propia casete puede escuchar hasta 15 segundos de las melodías almacenadas y una vez escogido el repertorio a su gusto mediante simples pulsaciones en un teclado de ordenador, el artefacto entrega tras un máximo de 10 minutos de espera el programa requerido. El sistema tiene una capacidad de almacenamiento de unas 15.000 canciones, y grabar una cinta con un total de 10 a 12 temas cuesta alrededor de 12 dólares (unas 1.400 pesetas).

Escritura de los noventa

El mensual parisiense Actuel ha consagrado monográficamente su número de octubre a las nuevas ideas y posibles realidades de los años noventa. Se trata de una prospectiva interesante y directamente extrapolada de la actualidad, pero, sobre ello, un elemento de novedad añadido es que todo su contenido ha sido redactado según las nuevas propuestas del cambio ortográfico del francés, que recientemente suscitó polémicamente en Francia y fuera de ella. En el texto se lee siempre, por ejemplo, temps y no temps, e igualmente la norma se aplica a diversas palabras para acercar su grafía a su sonido.

Un editorial presidiendo el número justifica esta innovación sobre el argumento de que "ya" estamos en otra época y tarde o temprano la ortograflia del francés responderá a las exí gencias de simplificación que demandan los tiempos o los más pragmáticos usuarios de los tiempos. En opinión de la publicación, la batalla por la rigurosidad carece de futuro y recuerda que Francia, en tiempos del Renacimiento, en el siglo XVII, en el XVIII o en el XIX vivió correcciones en las reglas del lenguaje escrito orientadas en la misma dirección funcional. Para ilustrar la formación y contribuir a paliar la posible sorpresa de su heterodoxia invita a comprobar el francés que suscribían personajes como Rabelais o Montaigne en sus ediciones originales. Y cita los alegatos de autoridades como Voltaire o Anatole France, que cada uno en su momento abogaron por un camino hacia la simplificación ortográfica.

Malditos intelectuales

Paul Johnson, ex director tras seis años del periódico izquierdista inglés The New Statetsman, autor de best-sellers de hístoria, de temas para la televisión, de artículos para The Times, Washington Post y L'Express, publicó a principios de año un libro titulado The intellectuals (Los intelectuales), que ahora comienza a ser traducido en el continente. La peculiaridad de la obra consiste en la desmitificación sistemática que se emprende sobre los grandes maestros del pensamiento y a partir de las supuestas contradicciones entre los planteamientos programáticos y morales de sus escritos y sus respectivas vidas privadas. Desde Rousseau hasta Sartre, desde Marx hasta Bertrand Russell, Paul Johnson se afana en descubrir las miserias humanas del autor que subyacían a las obras que han guiado o seducido a media humanidad. El alcoholismo, el incesto, la tacañería, la mendacidad, la droga, se repiten por la privacidad de los grandes hombres. Mientras, acaso, delatan también, según expuso en una crítica inmisericorde The New York Times Review of Books, las propias obsesiones, al estilo de Víctor Farías en el caso de Heidegger, al responsable de la investigación. Longanesi es la editorial italiana que edita el volumen en Italia y se desconoce tras la Feria del Libro de Francfort, si encontrará editorial española.

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