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José Luis Gómez, ante Hamlet

El actor se presenta hoy en un complejo papel que Nuria Espert y Adolfo Marsillach abordaron con anterioridad

José Luis Gómez interpretará a partir de hoy, en el teatro María Guerrero de Madrid, a Hamlet, príncipe de Dinamarca. El Centro Dramático Nacional estrena una nueva producción del drama de Shakespeare, dirigida por José Carlos Plaza. Hace casi 30 años que la obra no se representaba en España en castellano, desde que Nuria Espert y Adolfo Marsillach se atrevieron. Sus recuerdos de la experiencia son ambivalentes. Gómez, por su parte, se muestra seguro "de que éste era mi papel", y deciara que no ha sido difícil. Hace unas semanas, el actor británico Daniel Day Lewis sufrió una alteración de personalidad en escena mientras decía un monólogo de Hamlet.

José Luis Gómez (Huelva, 1940), uno de los actores españoles más sólidos, premio nacional de teatro en 1988, tiene un convencimiento -"a mis 49 años y en el límite de la edad"-: Hamlet como síntesis de toda su vida de trabajo con el cuerpo y la palabra.Sólo deteniéndose en Gran Brellafia, se pueden citar cinco grabaciones dísponibles en el mercado en las que Paul Seoficid, Derck Jacobi, Richard Burton, Lawrence Olivier o John Gielgud se enfrentan a Hamlet. "No he visto casi viinguno porque no he querido", dice Gómez. "Sólo el de Bruno Ganz en teatro y el de Olivier en cine. No he utilizado referencías; he ido a las fuentes de n¡ formación. El trabajo ha sido una mezcla de acercamiento al texto, al cuerpo y a la interioridad".

A Adolfo Marsillach, actual director general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música, del que depende el CDN, el recuerdo de la producción de Hamlet que protagonizó "es una de las cosas más traumáticas de m¡ vida profesional". En la representación de noche, el día del estreno, estaba afónico y la escenografia falló. Se produjo una escena especial: "el público pateando a los actores y viceversa".

Para Marsillach, "lo difícil para un actor es elegir y dar coherencia a tantas facetas y contradicciones como posee el personaje; los Hamlets válidos son como mínimo 58.000". Marsillach es autocrítico con el que él eligió, al que quiso no tan dubitativo y espiritualizado como visceral, isabelino, rudo y algo salvaje: "No se entendió muy bien, y posiblemente tampoco yo lo interpreté claramente", reconoce.

José Luis Gómez asegura que su aproximación a Hamlet ha sido fácil, e incluso simple. "He seguido la idea de que es un hombre contemporáneo", dice, "de hoy y de siempre, que busca su perfeccionamiento moral y se estrella con la vida".

En el montaje de José Carlos Plaza, director del CDN, en el que destaca la escenograrla de Gerardo Vera, actúan Berta Riaza, Ana Belén y Ton¡ Cantó, entre otros. La obra ha sido traducida por Vicente Molina Foix en un trabajo considerado por Gómez como exquisito.

Otra traducción, la de Terenci Moix, fue interpretada en 1980 por Enric Majó en catalán. Y otra puesta en escena recordada es la que encabezó Nuria Espert, a sus 25 años, con el atractivo de una mujer como Hanilet y el ejemplo ilustre de Sarah Bernhardt en el pasado. "Fue una de mis proezas, de la que estoy muy orgullosa", dice. Espert no la recuerda como fracaso aunque, eso sí, "fue tomada como un provocación y eso impidió que se viera lo que yo aportaba".

"Se trata de un personaje inagotable", agrega, "con tantos prismas que ningún actor puede reflejarse en todos. He vuelto a ver el de Olivier, que tanto me había impresionado, y me parece insuficiente". Su conclusión es que se trata de un personaje casi imposible, aunque a José Luis Gómez lo ve triunfante en esta prueba. Cree que va a jugar en ella su gran carta.

El espectro de la locura

De los actores españoles consultados que han interpretado a Harnlet, ninguno se sintió literalmente perturbado por el personaje. Nuria Espert vio en Londres el trabajo de Daniel Day Lewis (Mi hermosa lavandería, Una habitación con vistas, La insoportable levedad del ser), y supo que semanas después el joven actor sufrió una alteración de su personalidad, mientras interpretaba a Hamlet, que le obligó a abandonar las funciones.Lewis, según le comentó un responsable del montaje, se preparó durante meses para el papel, y, a medida que avanzaban las representaciones, sus compañeros notaron que comenzaba a trabajar sobre el personaje en el vértice de la locura. Uno de los días comenzó a repetir frases de la escena de Hamlet con el espectro una y otra vez, y hubo que parar la función.

José Luis Gómez explica que su manera de reflejarse en Harnlet no le ha acercado a la locura sino más bien al enríquecimiento personal, "porque detrás de la palabra antigua y extraordinaria de Shakespeare está Séneca, o Platón, y otros clásicos latinos y griegos, y eso da mucha vida y hace mucho bien", dice. "A mí me da fuerza abordar al personaje desde el ángulo de un hombre implicado en la aventura de vivir".

Otro tipo de locura, más castiza, sucedió en el montaje de Marsillach durante la representación del día de Nochevieja. En la escena en la que el espectro del padre de Hanilet se le aparece a éste, el actor que caracterizaba al fantasma se despidió del príncipe con un '¡Adiós, hijo mío!... y Feliz Año Nuevo', al que el público respondió con aplausos fervorosos.

Al terminar el acto, Marsíllach persiguió al espectro espada en mano, pero el rápido actor se atrincheró en su camerino hasta que vio los ánimos calmados.

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