Debate parlamentario en Hungría sobre la fecha de las elecciones presidenciales

La fecha de las elecciones presidenciales húngaras, previstas para el 25 de noviembre próximo, fue el centro de la discusión de la sesión parlamentaria para aprobar una ley electoral, que comenzó ayer en Budapest. También se debatió sobre el destino de las milicias obreras, llamadas por la oposición el Ejército de los comunistas, y la posibilidad de instalar como fiesta nacional el 23 de octubre, fecha que recuerda el inicio del levantamiento popular en 1956.El portavoz del Gobierno, Zolt Bachnok, declaró que era posible que las elecciones presidenciales inicialmente previstas para el 25 de noviembre se retrasaran.

Las declaraciones de Bachnok a la Prensa en Budapest se produjeron luego de que se enterara de que la oposición radical -la Alianza Democrática Liberal- había reunido las 100.000 firmas necesarias para que el Congreso convoque un referéndum sobre la cuestión.

El propósito de la Alianza Democrática Liberal, que agrupa principalmente a intelectuales, es que el presidente de Hungría sea elegido por el Parlamento después de las primeras elecciones libres desde 1947, y no por voto directo. Este grupo opositor teme que Imre Poszgay, como jefe de Gobierno, pueda convertirse en un "presidente dictatorial" .

El líder reformista y jefe del nuevo Partido Socialista Húngaro (PSH), Rezsö Nyers, refiriéndose a las elecciones parlamentarias libres de 1990, señaló que veía como "óptima" una coalición de su partido con el socialdemócrata.

Entre tanto, los comunistas ortodoxos se pronunciaron en contra del nuevo partido, en un acto que reunió a 1.000 funcionarios leales del antiguo Partido Socialista Obrero Húngaro (PSOH), en la que defendieron la ideología sustentada anteriormente por esa formación política.

Robert Ribansky, presidente de la Plataforma de Unidad Marxista, y a la cabeza de este acto disidente, anunció además que Karoly Grosz, ex jefe del PSOH, será el nuevo líder de los comunistas leales.