Suárez abre nueva estrategia con ataques a González

"González está situado en la órbita del emperador", dijo el duque de Suárez el lunes en Valladolid, abriendo lo que probablemente es la segunda etapa de su estrategia electoral. Suárez comenzó su andadura tenso, casi mortecino. Las encuestas y el reparto en televisión le eran desfavorables. Además, su propia organización política -que fue muy crítica, incluso cruel, con él tras el descalabro de las europeas- esperaba ansiosa que su carisma reviviera.

Después de una primera semana en la que se dedicó a repetir su programa y a fijar su adscripción política a la Internacional Liberal y Progresista, este castellano recio y solitario comienza a responder a las provocaciones de los "encantadores". Le queda poco tiempo. Su discurso -con ligeras variantes locales- está estructurado en tres bloques: una llamada a la recuperación de la ilusión perdida, una somera explicación de algunos aspectos de su programa -insistiendo siempre en que se trata de trabajo de años de su grupo parlamentario y no de medidas improvisadas- y la petición del voto. Esta última parte se alarga estos días con llamadas a la situación de los funcionarios y de los pensionistas y críticas hacia los que él denomina "los pícaros".El despliegue electoral es sobrio tras la actuación del grupo Objetivo Birmania. Un panel de tonos verdes con el lema del partido, Capaces de hacerlo, recoge un pupitre para los candidatos y una tribuna en el centro haciendo juego.

El aire de La Mancha sentó bien a Adolfo Suárez el domingo. Seductor, animado y a menudo brillante, se volcó sobre los micrófonos en las conferencias de prensa, improvisó en los discursos, se quitó la chaqueta en Murcia y se lanzó literalmente sobre el auditorio en el mitin de Albacete. Ese día llevaba una chaqueta verde, el mismo tono de buena parte de sus intervenciones. "Estamos dañando de una forma irreversible el medio ambiente. Nuestra prioridad es apoyar la investigación en temas ecológicos, pero el esfuerzo nacional no es suficiente. Hay que hacer un planteamiento internacional y aplicar la normativa europea: el que contamina paga". Sobre Anchuras fue rotundo: "Podemos ganar esa batalla".

Las críticas al gigante socialista comenzaron a arreciar desde entonces. Suárez insiste en que Felipe González, "que está situado en la órbita del emperador", debe decir si va a agotar la próxima legislatura y si va a gobernar "sin ganas". Culminaba así una tanda de acusaciones: "Felipe González no fija el tiempo en el que va a desarrollar las propuestas"; "el PSOE está cultivando el voto rural, que es el más cercano al poder"; "el susto del IPC no se habría producido si se primase el ahorro familiar"; "el carné del PSOE ha servido para transitar por los ministerios".

Los líderes se retiran

Esta campaña ha tenido para Suárez una cumbre emotiva Los grandes líderes de la transición -Carrillo, Fraga, González- se retiran o anuncian su retirada. El duque mostró su caballerosidad hacia su viejo adversario socialista, con quien no habla desde hace más de un año: "Soy bastante mayor que Felipe González y puedo entender personal y humanamente que quiera dejar las tareas de gobierno. Yo me planteé y me respondí a esa pregunta hace tiempo, pero creo que tengo una gran vocación política y no desistiré hasta consolidar una fuerza política que sea alternativa al PSOE".

Un silencio y la figura del líder solitario resplandeció. Días antes había declarado: "Somos un país quijotesco y trabajador en el que no se reconoce al que se esfuerza". Como Don Quijote, que se enfrentó solitario después de dejar a su fiel escudero administrando la ínsula Barataria a los "encantadores y verdugos que le pellizcaban y arañaban", recorre los caminos de España con un mensaje final: las innovaciones del programa del CDS no son tan importantes como la necesidad de cambiar el talante de gobernar.