Destruido el diario colombiano 'Vanguardia Liberal' al estallar una bomba colocada por los 'narcos'
Vanguardia Liberal, el periódico más importante del oriente colombiano, fue destruido por el narcoterrorismo. A las 6.10 de ayer, un coche bomba estalló frente a las instalaciones de este rotativo en la ciudad de Bucaramanga, a 562 kilómetros al noreste de Bogotá. El saldo: tres muertos, siete heridos y más del 80% del edificio del diario destruido. Entre los muertos se encuentra el empleado más antiguo de esa casa editorial, un ayudante de máquinas que hace pocos días había cumplido 37 años de servicio en la empresa.
Vanguardia Liberal nació hace 70 años en Bucaramanga, la quinta ciudad en importancia del país. El pasado 1 de septiembre, en un acto especial, se celebró su aniversario. Fue precisamente en esa oportunidad donde el presidente Virgilio Barco reiteró su decisión, tomada 12 días atrás, de declarar, la guerra total al narcotráfico. A partir de esa fecha, contó a los periodistas Alejandro Galvi, director del periódico, empezaron las llamadas anónimas que anunciaban "una sorpresa". Galvi aseguró que a pesar de que dudaron de la veracidad de esas amenazas, se tomaron algunas medidas de seguridad como el restringir la entrada de particulares a la sede del periódico. La vigilancia, sin embargo, no se redobló ni se pidió protección especial por parte de las autoridades.Según las primeras investigaciones, fueron 50 kilos de dinamita los utilizados en el coche bomba. Los daños son incalculables. El periódico quedó sin techo, las oficinas, la sala de redacción y el centro de cómputo quedaron destrozados. La rotativa no sufrió mayores daños y hasta ayer al mediodía los directivos del periódico estudiaban una fórmula para poder salir hoy, aunque fuera con una página. Ayer en la mañana los periodistas trabajaban intensamente removiendo escombros, barriendo los vidrios, tratando de limpiar aunque fuera un pequeño espacio para trabajar.
Éste es el segundo periódico colombiano que es víctima de esta guerra que el narcotráfico declaró al país hace ya dos meses. El pasado 2 de septiembre un coche bomba semidestruyó la sede del diario El Espectador en Bogotá. La semana anterior dos empleados de este periódico fueron asesinados en la ciudad de Medellín. En este momento, cada vendedor de El Espectador en esa ciudad tiene que salir a la calle protegido por un soldado. Los extraditables anunciaron que impedirán la circulación de ese diario en Medellín y en toda la provincia de Antioquía.
El nuevo atentado confirma lo que hace pocos días dijera Luis Gabriel Cano, presidente de El Espectador: "En Colombia el terrorismo se está convirtiendo en la nueva censura de Prensa". Por esto, todos los diarios del país demostraron ayer su solidaridad con Vanguardia Liberal. Existe la conciencia de que un día que deje de salir un periódico por acción del narcoterrorismo, es dar una señal de que se está perdiendo la guerra.
La otra noticia ayer fue la fuga de un extraditable. Se trata de Carlos Humberto Zapata, considerado uno de los hombres fuertes del cártel de Medellín. Zapata fue detenido en Barranquilla hace pocos días. De la cárcel fue trasladado al hospital local, donde se le practicó una operación quirúrgica. El domingo por la noche el extraditable desapareció en compañía de un militar.
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