El Gobierno japonés hará públicas las donaciones recibidas de empresarios del juego en los últimos años

El primer ministro japonés, Toshiki Kaifu, y los demás miembros de su Gobierno decidieron ayer hacer públicas en el plazo de una semana todas las donaciones que hayan podido recibir en los últimos cinco años de las asociaciones de pachinko, el juego de azar más popular que existe en Japón. La decisión ha sido tomada después de que se filtrara en la Prensa que tanto Kaifu como la jefa del Gabinete, Mayumi Moriyama, recibieron pequeñas aportaciones de empresarios de pachinko para financiar su actividad política.

Entre tanto, la oposición socialista ha admitido que la líder del partido, Takako Doi, y nueve de sus parlamentarios obtuvieron dinero de esa industria (ocho millones de yenes) pero sin que ello suponga una violación de la ley de control de fondos políticos.El pachinko se ha convertido en un pequeño escándalo que no ha adquirido por ahora la relevancia del caso Recruit, en el que la cúpula dirigente del gubernamental Partido Liberal se vio envuelta en la compraventa de acciones bursátiles. El partido socialista, la primera fuerza de oposición, es en esta ocasión el centro del huracán por los estrechos lazos que le unen a los empresarios de esta poderosa industria. Sin embargo, no hay ninguna prueba de que los políticos socialistas se lucren de los inmensos beneficios que obtienen las empresas de este juego.

El dinero que reciben sirve en principio para financiar el costoso presupuesto de un parlamentario. Los liberales y los otros tres grupos políticos, a excepción de los comunistas, figuran también como presuntos receptores de contribuciones del pachinko. Según una investigación interna realizada por el partido socialista, diversas asociaciones de pachinko donaron 150 millones de yenes (unos 125 millones de pesetas) a 122 parlamentarios entre julio de 1984 y octubre de 1988.