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La implantación del ancho europeo de vías en España costaría de 250.000 a 350.000 millones, según Renfe

La adopción del ancho internacional de vías en la práctica totalidad de la red ferroviaria española costaría entre 250.000 y 350.000 millones de pesetas, según el informe entregado al Gobierno por Renfe durante el pasado mes de julio. Esta cifra supone un coste adicional al presupuesto de infraestructuras contemplado en el Plan de Transporte Ferroviario (PTF), de algo más de un billón de pesetas. El Gobierno ha pospuesto su decisión en este tema ante las divergencias que su financiación provoca entre el ministro de transportes, José Barrionuevo, y el de Economía, Carlos Solchaga.

El PTF, aprobado por el Gobierno en 1987, preveía unas inversiones de algo más de un billón de pesetas en la modernización de infreastructuras y la cifra adicional estimada por Renfe contempla la sustitución de vías en los trazados previstos en el propio PTF, prácticamente sin modificar su diseño.Las obras previstas afectarían a alrededor de 11.000 kilómetros, exceptuados los tramos de cercanías, que se mantendrían en el ancho actual.La introducción de nuevas mejoras tecnológicas en la red, elevaría, sin embargo, este presupuesto muy por encima del arco marcado por Renfe. El único tramo aprobado hasta la fecha por el Gobierno para la implantación del ancho europeo y la tecnología de alta velocidad -Madrid-Sevilla-, costará 260.000 millones de pesetas, una cifra considerablemente más alta que la inicialmente presupuestada por Transpotes. El Gobierno estudia igualmente la implantación de esta red en el tramo que une Madrid con Barcelona y la frontera francesa, que costaría unos 400.000 millones de pesetas y se financiaría dando entrada al sector privado en la única de las líneas actualmente rentables del servicio de Renfe. Transportes quiere también convertir en tramos de anchoeuropeo y alta velocidad las líneas Madrid-Bilbao-Irún, y la que une Madrid y Lisboa por Badajoz.

La Administración no ha elaborado aún el coste total de estos nuevos proyectos (dos conexiones con Francia y una con Portugal) que, según fuentes del sector privado costaría más de un billón de pesetas, adicionales a la cifra prevista por Renfe.

El Gobierno, sin embargo, ha pospuesto sine die el debate sobre la adopción del ancho internacional en toda la red y de la alta velocidad en los tramos previstos por Transportes. Un funcionario de este departamento hacía hincapié en el "hecho histórico" de que España se sume a la construcción de una red ferroviaria en la CE.

Por su parte, fuentes del Ministerio de Economía manifestaban su "preocupación" ante las desviaciones presupuestarias del proyecto de alta velocidad en el tramo Madrid-Sevilla y en el proyecto de línea con Barcelona y Francia. "Se trata de un proyecto en el que estamos moviéndonos siempre de lo concreto a lo general, con una incidencia exponencial en los presupuestos", indicaban las mismas fuentes.

Adicionalmente, la CE no ha habilitado aún más que una partida simbólica de fondos para subvencionar obras de infraestructura: ferroviaria, encontraste con el entusiasmo mostrado al principio por las autoridades españolas ante la posibilidad de acceder a esta vía de financiación.

El debate definitivo sobre el ancho de vía, postergado hasta después de las elecciones, está pendiente aún de una serie de variables políticas evidentes, como el resultado mismo de las elecciones o la eventual configuración, después, de un nuevo Gabinete. "En todo caso, no se trata de una posición monolítica dentro del Gobierno ni del propio partido [socialista]", agregaba una fuente oficial.

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