Niños agresivos
Soy madre de una niña con síndrome de Down que en la actualidad tiene cuatro años y nueve meses de edad. Es una niña que asiste a estimulación precoz des de que tenía mes y medio, y a una escuela infantil desde los dos años y medio de edad. Ahora se nos plantea que necesita clases de logopedia. Aprovechando que en el barrio en que vivimos hay un gabinete psicopedagógico, pedí una entrevista con el director de este gabinete, no sin informarle que mi hija era mongólica. Este señor me dio hora y, así, acudí a su despacho.
Nada más recibirme se me empezaron a poner pegas y me dijeron que tenían que ver a la niña, pues ellos "sabían" que estos niños son muy agresivos y que en cualquier caso, y aunque las admisiones siempre dependían del director, en el caso de mi hija era de diferente forma, pues sería la logopeda la que decidiría si se admitía a la niña o no. Llevé a la niña al gabinete, y nada más verla entrar ya se me dijo que no la podían admitir, pues era una niña inmadura y que no iba a poder estar en el grupo con otros tres o cuatro niños, además de darme otra serie de disculpas. Cuando yo les pregunté si lo que querían hacerme entender era que no admitían a niños mongólicos se me dijo que, aunque eran mis palabras, efectivamente eso era lo que ellos pensaban.
Quisiera decir a todo el mundo que estos niños, o al menos en el caso de mi hija, no son agresivos en ningún momento, pues son las personas más dulces y sensibles, y que no hay derecho a que por tener su deficiencia escrita en su cara se les desprecie y discrimine, pues si los profesionales que creemos que pueden ayudar a nuestros hijos les rechazan, ¿qué debemos hacer los padres?-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.