El segundo juicio a los GAL en Lisboa apunta nuevos datos contra Amedo y Domínguez

El próximo día 20 será dictada la sentencia del segundo juicio de la pista portuguesa de los GAL, que puede contribuir a agravar las acusaciones que pesan en España contra los inspectores de policía José Amedo y Miguel Domínguez. En el tribunal de Monsantos, en Lisboa, fueron leídas ayer las cerca de 300 preguntas que los tres jueces tendrán que responder en la sentencia para especificar los delitos cometidos por el francés Jean Philipe Labade y los cuatro mercenarios portugueses directamente implicados en los atentados de febrero de 1986 en el País Vasco francés.

De algunas de estas preguntas puede inferirse que los dos policías españoles identificados como Ricardo y Eduardo, "destacados miembros de los GAL" fueron los organizadores y coautores de las dos acciones terroristas.Del relato pormenorizado de los acontecimientos desde la llegada de Labade a Portugal, huido de Francia después de una detención en 1985, aparece que, desde su primer contacto con los mercenarios portugueses, los dos policías españoles indicaron claramente que su objetivo sería "matar, raptar y posteriormente torturar miembros de la ETA refugiados en Francia".

Ya no es mencionada en este segundo juicio la línea defensiva adoptada por los mismos acusados en el juicio celebrado en Viana do Castelo en 1988, donde argumentaron que fueron a España desconociendo que iban a trabajar en una acción contra ETA.

En el tribunal de Monsantos parece establecido que las acciones contra la ETA fueron organizadas por los dos españoles que se encargaron del transporte, en su propio coche, del comando portugués hasta la frontera de Valença do Minho, del paso por dicha frontera de uno de los tres mercenarios -Paulo Fontes (preso en Burdeos)- y del posterior transporte del grupo hasta Bilbao e Irún.

Participación francesa

A partir de este momento entra en escena un supuesto policía francés identificado como Luis, encargado de indicar los blancos y de suministrar las armas. Pero ni siquiera con esta supuesta intervención de la policía francesa el papel de Ricardo y de Eduardo queda disminuido. Presentes en el encuentro de Irún, son los dos españoles quienes indican a los pistoleros portugueses que Luis será su guía del lado francés de la frontera y una primera acción no se lleva a cabo en Bayona porque Luis no consiguió aquel día localizar a los etarras perseguidos.Siempre según el relato hecho en el tribunal, los policías españoles no participaron en los encuentros siguientes, ya en territorio francés, y es el francés Luis quien suministra las pistolas de nueve milímetros utilizadas en el ataque contra el bar Batxoki de Bayona y más tarde contra el bar Consolation, en San Juan de Luz.

Otra consecuencia de la decisión que debe ahora tomar el tribunal de Lisboa es que si se da como probada la participación activa de dos policías españoles en la preparación de los atentados quedarán también indirectamente implicados los servicios secretos militares portugueses (DINFO). Una de las preguntas formulada por la defensa tiende a precisar la relación entre Mario Correia da Cunha, informador habitual de la DINFO y reclutador de los mercenarios portugueses, y sus superiores de la DINFO.

De acuerdo con el orden de las preguntas Correia da Cunha informó al comandante Fernando Ramos, de la DINFO, de su primer encuentro en Lisboa con los dos policías españoles, durante el cual, según los acusados, quedó establecido que Ricardo y Eduardo eran dirigentes de los GAL y preperaban acciones contra ETA en Francia.

El comandante Ramos dio entonces la de no viajar a España, lo que deja suponer que hubiera podido, de la misma manera y en el mismo momento, abortar toda la operación y no lo hizo. El contacto siguiente entre Correia da Cunha y el comandante Ramos tendría lugar ya después de los atentados, el 21 de febrero de 1986, y con la indicación de que la información debería llegar al conocimiento del jefe de los servicios secretos, comandante Serradas.