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Un crédito con cargo al cuerpo

Milagros Pérez Oliva

La diferencia entre las drogas y los estimulantes estriba, a Juicio de Pere Romero, editor del volumen que registra los 300 medicamentos para doparse en que las primeras crean adicción y los segundos se utilizan de forma aislada y, si no se abusa de ellos, no causan dependencia. Son, sin embargo, un crédito contra el propio cuerpo del que no conviene abusar.En la relación de estimulantes cerebrales y musculares aparecen medicamentos de uso masivo, como la Cotildina o el Frenadol, y complejos vitamínicos como la Ascorbamina infantil, al lado de otros estimulantes intelectuales o sexuales.

Los medicamentos aparecen catalogados con una, dos o tres estrellas, según sean "útiles, notables o excepcionales". Excepcionales sólo hay uno, el Arcalión 200 al que alude Senillosa, y entre los notables figuran la Centramina, que además de ser un estimulante cerebral es también un reforzante sexual, como el Progeril y la Proginova.

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Los fármacos sexuales y afrodisiacos son 27, ninguno con tres estrellas, y cinco calificados con dos (Centramina, Progeril Hombres, Progeril Retard, Progyriova y Sustein). De especial utilidad para la vida moderna son, afirma Romero, los estimuladores emocionales, o medicamentos antitrac, destinados a rescatar al individuo de una situación de bloqueo.

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