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El prófugo 'número uno' de Austria, "irreconocible" al ser detenido en Viena

Udo Proksch, de 56 años, el fugitivo protagonista del caso criminal y político más espectacular desde la Segunda República en Austria, fue detenido el lunes por la noche en el aeropuerto vienés de Schwechat. Tras someterse a cirugía estética para cambiar su rostro, con peluca, barba y lentes de contacto azul claro, Proksch estaba, según la policía, "irreconocible". Un nuevo rostro, pero la misma voz y las mismas huellas dactilares.

El niño terrible de la escena vienesa, gángster de altos vuelos, pastelero, diseñador de gafas, empresario, excéntrico y quizás espía, fue capturado con la misma espectacularidad y misterio que ha rodeado su historia, el llamado caso Lucona, nombre del barco que fletó hace 12 años y que se supone hizo explotar en el océano Indico para cobrar una póliza millonaria sobre una carga inexistente, que él había catalogado como maquinaria para fabricar uranio. En el naufragio murieron seis de los 12 tripulantes.Al terminar la historia criminal, comenzó la historia política una década después del naufragio, que afectó a los amigos personales de Proksch, el ex ministro de Exteriores y ex presidente del Parlamento, Leopold Gratz, y el ex ministro del Interior Karl Blecha, que tuvieron que renunciar a sus cargos a comienzos de este año por haber entorpecido las investigaciones judiciales en contra del compadre y haberle facilitado una coartada.

Herr Udo, alias Serge Kirschhofer, estuvo prófugo casi dos años y la policía austríaca fracasó en todos los intentos de dar con su paradero. Se sabe que vivió un tiempo en Filipinas en casa de un oscuro curandero que le operó "sin bisturí", también en Santo Domingo y en Hong Kong.

Proksch tenía intenciones de viajar a Alemania Ocidental directamente desde Londres. La policía británica detectó "irregularidades" en el pasaporte austríaco falsificado de Proksch y le pidió tomar el próximo avión con destino a Viena. Según aseguran fuentes bien informadas del Ministerio del Interior en Viena, Scotland Yard alertó a la policía internacional en el aeropuerto.

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