El Lliure estrena una comedia sobre las tribulaciones de un periodista

El próximo viernes comenzarán en el Teatre LIiure de Barcelona las representaciones de Ai carai!, montaje de Rosa María Sardà de la obra de Josep Maria Benet i Jornet, aunque el estreno oficial no se celebrará hasta el miércoles siguiente, día 11. Ai carai! es una comedia clásica que muestra las vicisitudes de un periodista maduro que se está cambiando de piso, con su padre esclerótico, su novia que le pone cuernos con su hijo y un amigo que llega de atracar un banco buscando refugio. El escenógrafo Fabià Puigserver ha creado un esceriario que reproduce un piso del Ensanche barcelonés."He pretendido ser un espejo en el que los actores pudieran ver el efecto que hacía su interpretación y juzgar si era el correcto, el que buscábamos", dice Rosa María Sardà sobre su labor.

"Al principio me espantó bastante la propuesta que me hizo Fabiá Puigserver de montar la comedia de Benet i Jornet, que no había leído", explica; "pero hice una reflexión: si personas inteligentes y serias como Fabià y Lluís Pasqual pensaban que podía hacerlo a lo mejor tenían más razón que yo".

El autor, Benet i Jornet, señala por su parte: "La particularidad de la labor de Rosa es que ha iluminado cada frase y movimiento de los actores, potenciándolos al máximo. Creo que Rosa ha entendido mi obra hasta la última coma y todo lo que ha hecho ha ido siempre a favor del texto".

Benet i Jornet considera que su comedia está "en las mejores manos: estreno en el Lliure, dirección de la Sardá (que es una espléndida directora, como suponíamos) , la escenografia de Fabiá con su toque personal, y un reparto que es el ideal, con actores que representan las distintas generaciones del teatro catalán". Enric Arredondo, Montse Guallar, Pau Garsaball, Francesc Luchetti y Santi Ricard son los intérpretes de la pieza, coproducida por el Lliure, el Centre Dramátic de la Generalitat y TVE.

Fantasmas y demonios

Ai carai! es una comedia "realizada estrictamente con las leyes del género y sometida a las tres reglas clásicas (unidad de acción, tiempo y lugar)", dice el autor, "pero no es una comedia vacía, tiene su mensaje: una cierta dureza, una crítica de la sociedad de este país". Y, además, Benet ha puesto en ella sus "fantasmas, demonios, filias y fobias".La situación inicial de la obra muestra a un periodista de valor reconocido que está mudándose de piso entre un padre esclerótico que estorba y una novia también periodista que ha seducido a su hijo. En el piso irrumpe un amigo del periodista que acaba de atracar un banco. "Hay elementos de intriga, no muchos, y, mesurados, de vodevil, de comedia de enredo", dice Benet. "Yo en realidad he querido explicar los problemas de mi generación, entre los 40 y los 50 años, representados en un cierto tipo de profesional, paradigmático, que tiene un poder y un pasado ideológico.