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La policía desarticula un comando 'legal' de ETA Militar en las investigaciones de la infraestructura del 'Araba'

El comando Laudio, formado por activistas legales (no fichados) de ETA Militar, que operaba en la zona de Llodio (Alava), fue desarticulado por la policía a raíz de la investigación de los datos proporcionados por las personas que formaban parte de la infraestructura del comando Araba. Tres de los cuatro etarras que integraban aquel grupo han sido detenidos y han confesado ante el juez su participación en hechos violentos ocurridos en 1988 y 1989. Un cuarto miembro del comando ha conseguido huir.

Fuentes de la Guardia Civil afirmaron ayer que la operación sigue abierta y aludieron a la posibilidad de nuevas detenciones. Los tres legales arrestados y que han ingresado en prisión por orden del juez son José Carlos Fachal, Julen Fernández y Manuel González Rodríguez, naturales o residentes en Llodio. El último viajaba como acompañante del conductor en el camión en el que se ocultaba el comando Araba y estaba a punto de pasar a Francia porque sospechaba que la Policía estaba tras su pista.Los detenidos han confesado su intervención en cuatro atentados con explosivos, alguno de los cuales destaca por su violencia, como el ataque contra la casa-cuartel de la Guardia Civil de Llodio del 26 de junio de 1989, en la que emplearon 500 kilos de amonal y trilita, lo que constituye la mayor bomba etarra. El inmueble quedó destruido y pese a que en el mismo dormían 33 personas, de las que ocho eran niños y nueve mujeres, no se produjeron víctimas mortales.

Los otros atentados fueron ataques contra patrullas de la Guardia Civil. Asimismo, el comando colocó un coche bomba para hacerlo explotar al paso de una patrulla, pero al no pasar los agentes, el artefacto fue retirado por el grupo.

Antiguo grupo

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También han sido detenidos los antiguos miembros de otro comando denominado Aizorotz que no era operativo en la actualidad. Estos etarras (Rafael Etxabe Urteaga, José María Lete Unzueta y Miguel Osa Aldecoa) perpetraron diversos atentados en 1979 y 1980 contra. centrales eléctricas de Iberduero y colocaron varios artefactos en concesionarios de vehículos franceses. La explosión en uno de ellos causó la muerte de un guardia civil.

Los citados ex rrillitantes de ETA, cansados de la vida que llevaban, forzaron una cita con los dirigentes (de la organización y devolvieron las armas que les habían sido entregadas.

La existencia de estos dos comandos y la detención de sus integrantes fue confirmada ayer en declaraciones a Antena 3 por el secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera.

Por su parte, José Luis Cereceda, dirigente del sindicato abertzale LAB y candidato de Herri Batasuna, también natural de Llodio, ingresó a las dos de la madrugada de ayer en la cárcel de Carabanchel (Madrid) por orden del juez central de guardia de la Audiencia Nacional, El magistrado también decretó la prisión preventiva para la esposa de Cereceda, María Isabel Elgóibar.

Ambos están acusados de colaboración con bandas armadas, ya que facilitaron contactos para conseguir apoyos logísticos y de infraestructura a los dos comandos desarticulados la pasada semana, el Araba y el Laudio.

Algunos de los integrantes de los citados grupos han confesado los delitos en los que intervinieron y han señalado que Cereceda les conseguía alojamientos o les facilitaba sus traslados. No obstante, según manifestó la abogada de oficio que le asistió en su declaración ante el juez, Cereceda negó que hubiera realizado contactos o las labores de infraestructura que se le achacan.

El dirigente abertzale contestó numerosas preguntas, pero también declinó contestar otras muchas, al parecer, las que resultaban más perjudiciales para sus intereses.

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