'Le Monde' reduce su formato y abandona su sede en París
El diario Le Monde salió ayer a la calle con una modificación de la maqueta, un formato ligeramente reducido y una distribución de las informaciones en tres cuadernillos diarios. La división del diario, la biblia de la Prensa francesa, en tres cuadernillos es la principal innovación de una reforma que, según su director, André Fontaine, "no pretende ser una revolución".El primer cuadernillo está dedicado a la información del extranjero y a la política francesa; el segundo, a las secciones de cultura y sociedad, y el tercero, a la economía. Los miércoles, jueves y sábados, Le Monde publicará un cuarto suplemento temático, consagrado, respectivamente, a artes y espectáculos, libros e ideas y radio-televisión. Cada uno de los tres cuadernillos diarios tiene una primera página específica.
La primera página del diario incluye una cabecera más pequeña, apoyada en una franja de color azul celeste, y un sumarlo detallado en la parte inferior. El clásico formato que ha mantenido Le Monde durante 40 años (33,5 por 50 centímetros) se reduce al de 32 por 47,5 centímetros, conocido como berlinés, debido a la impresión en una nueva imprenta supermoderna situada en Ivry, en los arrabales del sur de París, que ha significado una inversión de 6.500 millones de pesetas. Las nuevas instalaciones imprimen el diario desde el pasado día 13.
Un día antes salió el último ejemplar de las rotativas de la Rue des Italiens, en el centro de París, donde nació Le Monde el 18 de diciembre de 1944, al mando de su fundador, Hubert Beuve-Méry, fallecido el pasado 6 de agosto. Beuve-Méry se encargo, con el apoyo del general De Gaulle, de crear, tras la liberación, un periódico independiente y que privilegiara la información.
Esta idea preside todavía la actual reforma. La tradicional austeridad del periódico se mantiene, tanto en el tratamiento del color -que sólo se empleará en la publicidad- como en la ausencia de fotografías en los contenidos informativos, Le Monde había incorporado progresivamente la foto a los espacios alejados de la estricta actualidad, idea que pervive en la nueva maqueta, cuyo objetivo es presentar un producto más claro y limpio para "hacer más fácil la lectura", según Fontaine.
La reforma, que ha necesitado dos años de reflexión, se acompaña de otra innovación. Por primera vez, Le Monde ha contratado una campaña de publicidad, con un coste de 465 millones de pesetas, cuyos mensajes expresan: Le Monde cambia, pero sigue siendo Le Monde.
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