Duelo a muerte entre Occhetto y los democristianos italianos
El diario La Repubblica lo califica como "el gran duelo". Se refiere a la lucha abierta que acaba de desencadenarse entre el Partido Comunista Italiano (PCI) de Achille Occhetto y la Democracia Cristiana (DC). Desde Pesaro, una ciudad de provincias, el secretario general de la DC, Arnaldo Forlani, lanzó en la mañana del sábado una gravísima acusación contra el PCI: "Sobre Roma se está tejiendo la gran trama contra el Gobierno de Giulio Andreotti. Guiada por los comunistas, la trama tiende a hacer converger fuerzas e intereses heterogéneos contra un mismo objetivo", que sería Andreotti.
Por la noche, Occhetto, ante medio millón de personas, al clausurar en Génova la fiesta de Unitá, respondió seco, arrancando un aplauso es truendoso: "¿Qué trama? ¿Es que acaso forman parte de di cha trama también el cardenal vicario de Roma, Ugo Poletti, y tantos católicos democráticos que ya no pueden más? Es la Democracia Cristiana la que está aislada de la sociedad civil y de las personas honradas. Es la Democracia Cristiana de Andreotti y de Forlani la que hay que echar abajo".Occhetto, en un discurso interrumpido 62 veces por los aplausos, pidió "una nueva guerra de liberación contra el poder democristiano", cada vez, dijo, "más corrompido y fuera de la legalidad y del derecho".
El líder comunista lanzó una llamada a todas las fuierzas "de bien" del país, políticas, culturales, económicas y religiosas empezando por ese mundo católico democrático", dijo, "que no quiere seguir siendo la hoja de parra que esconda las vergüenzas de la peor Democracia Cristiana". Y les exhortó "a ocupar en la sociedad civil los espacios dejados abandonados por el viejo sistema clientelar y de puro poder democristiano".
Occhetto insistió en que no se trata sólo de "echar abajo un Ejecutivo", es decir, el Gobierno de Andreotti, sino de una lucha de liberación "contra el viejo sistema de poder. democristiano", del cual Andreotti y Forlani, según el lider comunista, encarnan el rostro peor y más retrógrado.
Insistió mucho Occhetto en que el nuevo PCI "quiere dialogar sobre todo con la sociedad, con todas las fuerzas democráticas limpias que atraviesan transversalmente los partidos", y que el verdadero desafío del nuevo PCI no es tanto el pasado, "con el cual", dijo, "hemos ajustado ya las cuentas", sino el presente y el futuro. Y esto", insistió Occhetto, 'es quizá lo qup da más miedo".
A los socialistas, el líder comunista les recordó que la "división de las izquierdas" es algo que en realidad "pertenece al pasado", y que lo que ocurre es que el PSI de Bettino Craxi, al gobernar por la Democracia Cristiana de Andreotti y Forlani, está contribuyendo a acrecentar "su poder y su arrogancia".
Para los comunistas, en este momento, en Italia, dado el índice impresionante de corrupción que se ha instalado, hasta en losganglios más altos del poder, "cuestión moral y cuestión democrática tienen que ir más que nunca del, brazo". De ahí su llamada a una nueva "guerra de liberación", ya que, afirmó Occhetto, "no podemos dejar de manifestar nuestra profunda aprensión por cuanto está sucediendo en este país. Sentimos a nuestro alrededor un clima pesado, turbio, poco claro. Se siente olor a moho y a suciedad en el aire. Es el fantasma de la P-2, de la insidia que en de Licio Gelli y de los mil escándalos italianos".
Esta lucha de liberación, que debe pasar, como en la mejor tradición del difunto Enrico Berlinguer, por la cuestión moral, es para Occhetto la antesala necesaria para limpiar el país de¡ viejo sistema de poder antes de empezar un juegonuevo de "alternativa dernocrática" de bloques que se alternen en el Gobierno, cosa prohibida a este país desde hace 45 años por la hegemonía democristiana y el veto puesto siempre al PCI para que pueda gobernar.
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