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Occhetto ofrece a los socialistas italianos terminar con las luchas del pasado

Juan Arias

En la tradicional flesta de la Unità, que anualmente celebra el mundo comunista italiano -esta vez fue en Génova, con una afluencia de 700.000 personas-, el secretario general del Partido Comunista Italiano (PCI), Achille Occhetto, ha lanzado un gran desafío a los socialistas al decir: "Escribamos de nuevo juntos nuestra historia", e hizo una propuesta concreta: que historiadores comunistas y socialistas, a través de sus respectivos centros de investigación, preparen un estudio conjunto sobre las figuras del socialista Pietro Nenni y del comunista Palmiro Togliatti.Durante los 15 días de la fiesta de la Unità, la característica principal de los debates -en los que debutó Occhetto como nuevo secretario general- fue precisamente el tema del retorno "a la casa común" de socialistas y comunistas, como única posibilidad de que Italia pueda salir de la eterna hegemonía del poder democristiano.

La respuesta a Occhetto por parte de Giuseppe Tamburrano, director de la Fundación Nenni, miembro cualificado de la dirección socialista, ha sido inmediata. Telefoneó al secretario comunista, lo felicitó por su iniciativa y subrayó su llamada telefónica con una declaración pública en la misma línea. Occheto le ha respondido que aprecia enormemente la respuesta de Tamburrano, lo que indica que ha entendido la línea escogida por el PCI respecto a su pasado.

Los comunistas se encuentran, sin embargo, con un gran dilema. Empujados por unos a no arrojar a la basura todo su pasado, como acaba de hacer el filósofo Norberto Bobbio con un edítorial en el diario La Stampa de Turín, que criticó la iniciativa de Asor Rosa de quitar del semanario comunista Rinascita la frase de la cabecera que dice: "Fundado por Palmiro Togliatti", hay otros, como el socialista Ugo Intini, brazo derecho de Bettino Craxi, que piden que se deshagan de todo el pasado, hasta el punto de solicitarles que "dejen de ser y llamarse comunistas".

Los socialistas habían pedido a los comunistas que cambiasen de nombre, y éstos respondieron a Craxi que también ellos deberían hacerlo, ya que muchos regímenes de opresión llevan aún el nombre de socialismo.

De la fiesta de la Unità, por vez primera, sin embargo, por boca de D'Alema, director del diario L'Unira, le ha llegado a Craxi la invitación de aceptar ponerse al frente del primer Gobierno de alternativa a la Democracia Cristiana, mientras que el ministro para el Ambiente, Giorgio Ruffolo, líder de la izquierda socialista, ha hecho una crítica abierta a Craxi por sus relaciones con la Democracia Cristiana.

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