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El éxito de la ultraderecha en Noruega hace más difícil la formación de Gobierno

La actual primera ministra noruega, Gro Harlem Brundtland, será con toda seguridad, pese a su derrota en las urnas, la encargada de formar el Gobierno que conducirá los destinos de Noruega durante los próximos cuatro ,años. El bloque de Gobierno obtuvo 80 diputados en el Parlamento de 165 escaños, contra 84 de los partidos de derecha, pero a éstos hay que descontarles los 22 diputados obtenidos por el ultraderechista Partido del Progreso.La posibilidad de que esa tarea la asuma una coalicíón de partidos de centro-derecha parece descartada, no sólo por la mínima diferencia a su favor en el futuro Parlamento, sino por la ausencia de cohesión entre esos partidos.

El partido del ultraderechista Carl I. Hagen constituirá un elemento desestabilizador tanto para un eventual Gobierno burgués como para uno socialista. Después de terminado el escrutinio, el líder del Partido del Progreso reiteró su posición.de que no se siente atado a ningún compromiso. Ni con unos ni con otros. "Si se forma un Gobierno burgués", dijo, "estaremos en él y al mismo tiempo en la oposición y daremos nuestro apoyo a toda propuesta que coincida con nuestro programa, o la rechazaremos si resulta inaceptable".

Por su parte, tanto Kjell Magne Bondevik como Johan Jakobsen, líderes de los partidos Popular Cristiano y de Centro, respectivamente, han declarado no estar dispuestos a aceptar que el 12% de los votos recibidos por Hagen prevalezca sobre el 88% del pueblo noruego clue ha votado por los otros partidos. Esto, independientemente de que consideran que el programa de la ultraderecha contiene elementos inaceptables.

Equilibrio inestable

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Gro Harlem Bumdtland, pese a ello, tiene por delante una tarea nada fácil. Con el único apoyo de los socialistas de izquierda, gobernará en un equilílbrio inestable entre las acechanzas de la derecha y la presión de una fuerza de izquierda más radical que han capitalizado las concesiones que la primera ministro debió hacer durante el Gobierno que ahora termina. Gro Harlem tuvo palabras amistosas para el joven líder de los socialistas de izquierda, Erik Solheim, de cuyo respaldo depende, pero no ignora que ftieron las insuficiencias de su gestíón las que produjeron el movimiento de su electorado hacía aquel. La campaña de los socialistas de izquierda puso el énfasis en la defensa de los sectores más débiles de la sociedad y en la defensa del medio ambiente.

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