Defensa alega que carece de medios para el examen psicológico de los reclutas que pide Gil-Robles
El Ministerio de Defensa carece de medios para realizar un examen psicológico a todos los reclutas que se incorporan al servicio militar, según fuentes del citado departamento. El examen psicológico fue solicitado por el Defensor del Pueblo para prevenir possibles suicidiosEn su comparecencia del pasado 26 de junio ante el Congreso, para explicar su informe de este año, Álvaro Gil-Robles aseguró: "Hemos insistido y seguiremos haciéndolo, porque es de suma importancia, en la necesidad de proceder a un análisis de los mozos que acuden al servicio militar, análisis previo a su incorporación, sobre su situación psicológica". Según el Defensor del Pueblo, "una función de control previo evitaría muchos de estos dramas, que se producen a posteriori".
Defensa hace un test psicológico a todos los jóvenes que se incorporan a la mili, 255.000 en la quinta de este año, pero sólo efectúa un verdadero examen a aquellos que dan muestras de padecer algún transtorno mental, lo que depende en última instancia de la observación de sus mandos. En caso de que no haya signos externos de desequilibrio, el seguimiento psicológico se limita a los análisis realizados a quienes se sacan el carnet de conducir durante el servicio militar.
Por el contrario, todos los alumnos que ingresan en las academias militares deben superar un examen psiquiátrico. Los miembros del Ejército de Tierra y la Armada se someten a un nuevo examen cada cinco años, mientras que los del Ejército del Aire lo hacen anual o semestralmente si están en unidades operativas. Todos los militares son examinados psiquiátricamente cuando optan a un empleo superior.
El único hospital psiquiátrico de las Fuerzas Armadas pertenece al Ejército de Tierra y está emplazado en Ciempozuelos (Madrid). Dicho ejército cuenta con 23 psiquiatras o neuropsiquiatras, mientras que el del Aire tiene 4 psiquiatras y 45 psicólogos, y la Armada, 7 neuropsiquiatras.
En todo caso, la tesis del Ministerio de Defensa es que la realización del servicio militar obligatorio no es un factor que incremente el número de suicidios entre los jóvenes. Para demostrarlo alega que la tasa de suicidios entre los soldados de reemplazo normal fue en 1988 del 0,12 por mil, mientras que entre los profesionales y los voluntarios especiales este porcentaje llegó al 0,20 por mil.
Según los datos facilitados por el departamento, 82 jóvenes se suicidaron entre 1986 y 1988 mientras realizaban el servicio militar, lo que supone una ligera tendencia a la baja.
Un estudio realizado por Defensa en 1988 revela que los suicidios durante la mili se producen especialmente entre estudiantes o trabajadores manuales, con un nivel de formación bajo o medio y de origen rural.
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