Una norteamericana de origen cubano, elegida para el Congreso de EE UU
Ileana Ros-Lehtinen, de Florida, obtiene el escaño en una campaña dominada por el racismo
Ileana Ros-Lehtinen, hasta ahora senadora en la legislatura estatal de Florida, se convirtió ayer en la primera cubana-norteamericana elegida para el Congreso norteamericano después de una agresiva campaña dominada por el racismo, en la que la nueva congresista recibió el apoyo incondicional de la plana mayor del Partido Republicano, con el presidente George Bush a la cabeza.Ros-Lehtinen, que nació en Cuba hace 37 años y emigró de niña a Estados Unidos con sus padres, derrotó al candidato demócrata Gerald Richinan al obtener el 52,3% de los votos emitidos en la elección parcial convocada para cubrir el escaño de Claude Pepper, colaborador de los presidentes Franklin D. Roosevelt y Harry Truman y decano de los congresistas norteamericanos, que falleció a los 88 años el pasado mayo.
La victoria de la cubana-americana, que hasta ahora representaba a Miami en el senado de Tafiahasee, capital de Florida, supone un duro revés para los demócratas, que en vida de Pepper habían mantenido el escaño en sus manos durante 26 años. Al mismo tiempo, pone de relieve la creciente influencia de la colonia cubano-norteamericana en el sur de la antigua posesión española, vendida en el siglo XIX a EE UU por cinco millones de dólares. Los hispanos de Miami suponen el 40% de los votantes registrados y el 50%. de sus residentes. Otra cubano-norteamericana, Rosario Kennedy, fue derrotada por Richman en las primarias del Partido Demócrata.
La campaña electoral de Ros-Lehtinen, dirigida por el hijo del presidente Bush, Jeb, estuvo marcada por una lucha de etnias desde el inicio debido a una controvertida declaración hecha por el presidente del Partido Republicano, Lee Atwater, en una visita a Miami en apoyo de Ileana. "Este escaño debe ser para un cubanonorteamericano", dijo Atwater, uno de los republicanos más polémicos. La declaración fue utilizada inmediatamente por el candidato demócrata, judío y blanco, quien se apresuró a manifestar que el escaño no debía ser "ni para un cubano-norteamericano, ni para un negro-norteamericano, ni para un sajóri-nortearnericano, sino simplemente para un norteamericano".
Ileana acusó a Richman de "racista" y afirmó que su oponente ponía en duda el norteameticanismo de los cubano-norteamericanos. El resultado ha sido que la práctica totalidad de los hispanos del condado de Dade, donde se encuentra la ciudad de Miami, que han ejercido el derecho al voto han apoyado en masa a Reanita, mientras que los anglos y los negros han demostrado su apatía absteniéndose.
Los tonos raciales de la campaña han impedido que los dos candidatos discutan sus respectivos programas electorales. Richman se declaraba partidario del aborto y del control de las armas de fuego, mientras que Ileana estaba abiertamente en contra de la interrupción del embarazo, salvo en los casos en que peligre la vida de la madre, y se había declarado a favor de una enmienda a la Constitución para prohibir específicamente la quema de las banderas, declarada recientemente constitucional por el Tribunal Supremo de EE UU.
El Partido Republicano no ha escatimado esfuerzos para apoyar a lleana. Bush y el vicepresidente, Dan Quayle, encabezan la pléyade de figuras nacionales que han acudido a Miami.
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