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Urgencia máxima

Ana Alfageme

El trasplante de fragmentos de hígado procedentes de donante vivo es un avance que "puede ser útil en casos de urgencia máxima cuando no se dispone de órganos de cadáveres", opina Enrique Moreno, jefe de la Unidad de Trasplante Hepático del hospital Doce de Octubre de Madrid, quien se, muestra cauto. Su equipo ha practicado 96 implantes totales desde 1986 y siete injertos parciales procedentes siempre de cadáveres. "La sociedad podría atajar este supuesto si se cumpliera la ley, por la que toda persona es donante, de no manifestar lo contrario. Si hay solidaridad no sería necesario utilizar a personas vivas. Además, no se ha de mostrado que la eficacia del tejido hepático de vivos sea superior al extraído de cadáveres", explica Moreno. "La legislación española impide, de alguna forma, emplear a donantes vivos cuando se dispone de órganos de cadáveres y establece un periodo de reflexión -en el caso de las personas que ofrecen un riñón- de 24 horas para que el donante confirme su ofrecimiento. En ese tiempo se encuentra un órgano de cadáver", añade.Este cirujano reconoce que la situación actual española, -"hay cada vez menos donantes", dice- se beneficiaría de esta técnica, en la que el donante vivo corre los riesgos de cualquier intervención quirúrgica.

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Sobre la firma

Ana Alfageme
Es reportera de El País Semanal. Sus intereses profesionales giran en torno a los derechos sociales, la salud, el feminismo y la cultura. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora jefa de Madrid, Proyectos Especiales y Redes Sociales. Ejerció como médica antes de ingresar en el Máster de Periodismo de la UAM y EL PAÍS.

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