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Rabat rectifica sus acusaciones de tráfico de drogas contra el pesquero ametrallado

Las autoridades marroquíes no han acusado de tráfico de drogas a Juan Antonio Rico, pescador que resultó ileso durante el ametrallamiento de la barcaza Mi Esperanza, en contra de lo que señalaba el informe remitido el lunes por el Ministerio marroquí del Interior a la Embajada española en Rabat. Los cargos contra los tripulantes del pesquero español se concretan ahora en pesca furtiva e intento de entrada ilegal en Marruecos. Mientras, el barco Jornada, con base en Algeciras y licencia para pescar en Marruecos, fue apresado ayer por una patrullera del país magrebí.

Durante la vista oral del juicio contra Rico, celebrado el jueves en Tetuán, el, pescador fue acusado de pesca furtiva, intento de fuga y tentativa de entrada en Marruecos sin documentación.Según fuentes del Consulado español en Tetuán, la sentencia contra los dos pescadores apresados puede hacerse pública la próxima semana, una vez que se celebre el juicio contra Juan Antonio Rodríguez Sedeño, acusado de los mismos cargos. Rodríguez Sedeño continúa recuperándose en un hospital de Tánger de las heridas que sufrió la pasada semana durante el ametrallamiento dé la barcaza y no podrá ser juzgado hasta que no reciba el alta médica.

Por cada uno de los cargos citados, los dos pescadores pueden ser condenados a seis meses de prisión como máximo, aunque el juez tiene potestad para decretar la acumulación de penas. Rodríguez Sedeño y Juan Antonio Rico deberán permanecer en Marruecos en prisión preventiva.

Durante la vista oral, Rico reconoció la acusación de pesca furtiva y rechazó los cargos de intento de fuga y de entrada ¡legal en Marruecos. Según las declaraciones del pescador juzgado, Tomás Gómez Herrero, tripulante del barco Mi esperanza que resultó muerto durante el ametrallamiento, accionó la palanca del motor de la embarcación en sentido contrario debido al nerviosismo cuando les fue dado el alto por la patrullera marroquí, por lo que la barcaza aumentó su velocidad y los guardacostas marroquíes pudieron interpretar que se daba a la fuga.

La barcaza Mi esperanza fue ametrallada en Ksar Seguer, al oeste de Tánger, donde se encontraba faenando sin licencia en la madrugada del pasado día 17. Como consecuencia del ametrallamiento resultó muerto el motorista de la embarcación, Tomás Gómez Herrero, y herido Juan Antonio Rodríguez Sedeño.

La primera vez

La cancillería española en Tetuán informó ayer de que, al parecer, y según las autoridades marroquíes, el barco Mi esperanza podría haber estado implicado en tráfico de estupefacientes en ocasiones anteriores, pero está demostrado que sus tres tripulantes era la primera ocasión en que utilizaban esta embarcación.

Por su parte, el propietario de la barcaza, Diego González Sedeño, declaró el sábado en La Línea (Cádiz) que el barco llevaba aproximadamente un año sin salir al mar.

El cónsul español en Tánger, José Cienfuegos, trataba durante la tarde de ayer de concluir los trámites necesarios para la repatriación del cadáver de Tomás Gómez Herrero, que podría ser embarcado a las 9.30 horas de hoy rumbo a Algeciras. De otro lado, el pesquero algecireño Jonada, con licencia de palangre en aguas marroquíes, fue apresado ayer por una patrullera de ese país, según informaron a Efe fuentes de la Cofradía de Pescadores de Algeciras.

Fuentes diplomáticas consultadas por la agencia Europa Press interpretan el cambio en la acusación marroquí como una forma de impedir que se creen tensiones que enturbien la próxima visita a España del rey Hassan II de Marruecos, prevista para el 25 de septiembre y que ya fue suspendida otros años en varias ocasiones.

Por otra parte, una patrullera de la armada española persiguió ayer a tiros al barco Bárbara, que faenaba al sureste del cabo de Palos utilizando artes prohibidas de pesca, y ordenó al pesquero que acudiera al puerto de Cartagena (Murcia). Según fuentes de la comandancia alicantina de marina, el Bárbara desoyó las órdenes de la patrullera y emprendió rumbo al puerto de Santa Pola donde fue detenido.

El armador del barco, Manuel Vidal, declaró ayer que no pudo llegar al puerto de Cartagena, como se le ordenaba, porque su barco estaba estropeado. Añadio que los hechos se produjeron también por su desconocimiento del reglamento.

Las declaraciones del armador, recogidas en un acta, serán enviadas a la secretaría de pesca del Ministerio de Transportes, competente para calificar los hechos e imponer, en su caso, una sanción.

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