Carruajes desamparados
A pesar de haber sido cambiado el poder ejecutivo municipal de Madrid desde el mes de junio, no se aprecian, ni por asomo, intentos de mejoras que traten de paliar el grave problema de circulación y transportes en nuestra capital. Me temo que al llegar el mes de septiembre, momento en que la mayoría de la población regresa a sus hogares después de las vacaciones, el caos será fenomenal.Al señor don Eduardo Larraz, concejal del Ayuntamiento para esos menesteres, con todos los respetos me permito decirle: siguen abandonándose los coches viejos en la vía pública sin ninguna clase de cortapisas para los que lo hacen, puesto que no existe una ordenanza municipal que puntualice los lugares determinados de nuestra metrópoli en que debieran efectuarse estas operaciones.
Una cosa es que un coche puede estar tiempo aparcado en un lugar y otra, muy diferente, abandonarlo en ese mismo lugar indefinidamente por el simple hecho de que posee una matrícula.
El resultado de todo este mare mágnum es que sólo en mi calle, por ejemplo, que es la de Virgen de Lluc, del distrito de Ciudad Lineal, existen en este momento siete coches abandonados (se puede comprobar en cualquier instante) en un tramo no muy largo de la misma. En toda ella, probablemente, habrá unos 10 o más.
Si esto es así, ¿cuántos automóviles hay entonces abandonados en Madrid? Si hacemos un muestreo por defecto, naturalmente, partiendo de la base de que tenemos 18 distritos y a cada uno de ellos le asignamos 1.000 carruajes desamparados, resulta que llegamos a la cifra de 18.000 vehículos en estas condiciones que, traducidos a metros cuadrados, es muy importante.
Las consecuencias de tamaño desbarajuste asustan más a las personas que los resultados que se derivan de operaciones aritméticas. Una furgoneta o un coche abandonados pueden ser refugios permanentes de vagabundos o de drogadictos. Cobijan en su seno ratas o desperdicios. Tapan restos de basuras puestas allí por personas sin escrúpulos. Cubren espacios que jamás se limpian y, en algunos casos, son lugares de esparcimiento para niños.
Yo creo, señor Larraz, que retirando a cementerios adecuados los coches viejos abandonados en Madrid, bien conminando a sus propietarios, después de promulgar la ordenanza correspondiente, o bien por otros precedimientos, daríamos el primer paso en la resolución de esta cuestión. -
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