Grandeza de Mairena
Sólo Manuel Mairena, al filo ya de las tres de la madrugada, puso al público en pie. Y fue con un cuplé, muy bonito y bien cantado, pero cuplé al fin. Después unos vibrantes fandangos y la toná y la debla de grandeza mairenera remataron una excelente actuación suya y cuatro horas de cante, toque y baile.No sé si las milenarias piedras del Teatro Romano emeritense disfrutarían por aquellas calendas con los encantos de las célebres bailarinas de Gades que alegraban los ocios de los patricios romanos. Aquí, casi 2.000 años después, no pudieron temblar de gozo porque no hubo demasiados motivos para el gozo, en un Festival que se desarrolló sin encontrar el tono vital de la emoción.
II Festival de Arte Flamenco
Cante: Félix Medina, Maite Martín, Pele, José Menese, Ramón el Portugués, Turronero, Manuel Mairena. Toque: Miguel Vargas, Julián el Califa, Vicente Amigo, José Luis Postigo, Paquete. Baile: El Güito y su grupo. Teatro Romano, Mérida. 19 de agosto.
La calidad afloró, pese a todo, y alcanzó cotas altísimas con la guitarra de Vicente Amigo, en concierto y acompañando el cante del Pele, quien sin embargo no estuvo a su propia altura, recurriendo al corazón y la fuerza para cumplir con dignidad. Como cumplió José Menese. Discretos los dos cantaores extremeños, Medina y El Portugués, éste con problemas ciertos de garganta. El otro extremeño, Miguel Vargas, con su toque peculiarísimo de pulgar, tuvo una actuación afortunada, lo mismo que Postigo.
Turronero entendió mejor que nadie lo que debía hacer, y tras un excelente cante por soleá metió dos tandas de bulerías, no muy ortodoxas pero con elementos propios y letras ocurrentes, que alegraron al personal. La joven Maite Martín fue otra triunfadora, con sus excelentes cantes por malagueñas y jabera, minera y taranta. En cuanto al baile, el Güito, con un escenario que no estaba a su gusto, dejó constancia de su clase en una actuación que a muchos les pareció breve.Las raíces
Por otra parte, el viernes se celebró en Utrera una noche de cante grande, con Diego el Cabrillerol Gaspar de Utrera, José de la Tomasa, tres cantaores para un tema coplejo como las raíces del cante, que comprende los géneros más duros y difíciles. El Cabrillero, utrerano, sobrino de Chocolate, recuerda a su tío en el fisico, en el metal de voz y en la forma de afrontar el cante.
Gaspar de Utrera hizo un cante por soleares hermosísimo y ejemplar, y por tientos y tangos de Málaga fue también excelente. No me gustaron, en cambio, sus bulerías, por entero cupleteras.
Hay que descubrirse ante José de la Tomasa. En plenitud de facultades y de sabiduría cantaora, que trabaja cada cante como si en él se representara toda la grandeza de lojondo, convirtiéndolos en auténticas joyas. Su toná, sin micrófono, fue impresionante, así como bulerías por soleá, siguiriyas y bulerías.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.